Por fin he podido tachar de mi lista la película de Vértigo de Hitchcocks. Tengo que confesar que una de las razones por la que me ha gustado ha sido James Stewar, lo reconozco, tengo debilidad por los galanes de los años 40, pero eso es otro tema.Una de las cosas que más me ha llamado la atención de la película ha sido la cantidad de giros que hace la trama, haciendo que sea casi impensable saber que va a pasar después. Y que de un giro a otro, se tenga la sensación de que el final ha llegado y que tras esa transición, aparecerán irremediablemente los créditos.Asociándolo un poco a la vida, me he dado cuenta de que tras cada etapa, creemos que el final ha llegado aunque no sea de un modo tan dramático. Cuando las cosas se ponen dificiles, o cuando nos empeñamos en ponerlas nosotros, tendemos a pensar que la situación no se resolverá fácilmente y entramos en ese círculo vicioso de pensar que hay poco por hacer, aunque no sea cierto. Se nos olvida que somos nosotros quienes escribimos el guión de nuestra vida, y que de nosotros dependen los créditos ( es decir quién ha participado en cada una de las etapas de realización), el fin de esa escena que parece que no terminará nunca o el giro inesperado que está por llegar.Habrá que ponerse delante de nuestra obra y ver qué sobra, y qué no. Si estamos estancados en alguna parte o si por fin la trama parece que marcha hacia delante y a nosotros, como espectadores, nos gusta eso que tenemos delante. Si merece la pena los espectadores que están sentados a nuestro lado y si realmente la película que estamos dirigiendo merece la pena verla o es digna de entrar en la lista de las peores películas del año.Estamos a domingo, el primer día de la semana. Yo ya tengo el guión y el boli rojo, hoy seré un poco como Alfred y voy a reescribir mi historia.
¿te apuntas?