Ha vuelto a poner de moda el cabaret. El teatro al completo se pone de pie cada noche para brindarle una larga ovación. Después de quince años de mediocres papeles por fin ha alcanzado la gloria. Aunque para ello haya tenido que modificar su imagen y su figura. Aunque para ello haya tenido que cambiar su rutina y sus horarios. Aunque para ello tenga que tolerar a quienes no entienden que el transformismo es una expresión más de su arte.
Sabe que en unos meses nadie se acordará de él. Sabe que pronto le saldrán imitadores y su espectáculo perderá notoriedad. Sabe que debe aprovechar su pasajera fama para solventar su incierto futuro. Sólo espera encontrar, antes de que el telón se cierre para siempre y su personaje sea parte del pasado, a su particular Victoria Abril, la que se cuela en su camerino después de cada función para amarlo con almodovariana locura.
Fotografía de Paula Arbide. Publicado inicialmente en PhotowritingArchivado en: Cuentos Tagged: artista, cabaret, Pedro Almodovar, photowriting, tacones lejanos, Victoria Abril