Hostel: Casa Nareth (al lado de La Masia). Precio: 10.000. Calidad: buena. Muy recomendado.
Siempre me cuesta describir con facilidad un pueblo o ciudad. Generalmente debo encontrar las palabras e intentar trasmitirlas de manera tal que el resumen sea distinto al anterior y llamativo al mismo tiempo.
Según me estuvieron contando los pobladores, el pueblo turístico no prospera, al menos a nivel estructural, por diversos motivos.
El principal tiene que ver con ser un pueblo de pescadores, gente sencilla que se conforma con menos de lo que nosotros estamos acostumbrados. Para ejemplificar puedo dar el caso que me contó Toto, este amigo de 50 años que trabaja para la mejor escuela de buceo de Taganga, Calipso. Muchos tagangueros dueños históricos de terrenos en el parque Tayrona vendieron sus tierras para mudarse a algo peor. Este es un ejemplo de conformismo. Quizás algo de esta actitud esté relacionada con la mentalidad casi amable de antigua tribu que habitaba esas tierras, los Tagangas, quienes fueron hospitalarios incluso a la llegada de los españoles en 1534. Esta gente, antes y ahora, solo quiere vivir en paz sin mayores molestias y sin demasiados lujos.
El segundo motivo tiene que ver con la flojera y pereza que el calor impone drástica e inevitablemente. Según pude averiguar el pueblo dista de lo que fuera antaño. Ahora, debido al turismo, el pequeño pueblo de pescadores mutó a pueblo que dejó de vivir de la pesca para vivir del turismo perdiendo, consecuentemente, parte de su encanto inicial.
Menos mal que llegué a casa Nareth, pienso recordando a su gente. Es un pequeño hostel familiar al lado de La Masia, un reconocido hostel. Casa Nareth está a mitad de precio, es manejado por una familia y son a ellos, a estos trabajadores a quienes debería ir nuestra plata y no al dueño europeo que invirtió en un hostel con todos los lujos olvidando el origen del mochilero cuando las familias locales les abrían las puertas de su casa y les daban cuanto necesitaban a cambio de nada.
Playa Grande
Playa grande tiene menos gente y se ve excelente.
Acrobacias y arte.
Lo mas fuerte de Taganga llegó mas adelante, sin embargo.Una decisión a último momento, una escuela de buceo escogida y algunos dolares menos en el bolsillo o mejor dicho, intercambiando un bolsillo lleno de billetes por unos llenos de esperanza e ilusión.Un día salí a superar mis limitaciones una vez mas. Salí por primera vez a conocer las profundidades de los mares. Y vaya suerte tuve, mi primera vez buceando y me tocó en las claras y cuidadas aguas del parque Tayrona, el caribe colombiano.