Tal vez

Por Alaurenza

Y un par de meses después, en los zapatos de ese amigo me iba a tocar estar a mí.
Pero este relato fue entonces, y no ahora.
Tal vez.
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Tal vez la use yo.
Acaba de morir el padre. Las palabras son graves, cargadas de importancia y de un sentido que no todos los días tienen. Lo acompañan un par de amigos.
La madre asiente.
En el aire hay una tristeza tranquila, sin altisonancias ni llanto. El silencio alterna por momentos.
Tal vez la use yo, dice.
Habla de la cadenita que le devuelve la empresa funeraria, esa que su padre llevaba siempre colgada al cuello, hasta el último día.
Tal vez, le escuchamos decir, y sabemos que jamás oiremos mayor certeza en una expresión formulada en la duda.
En esa cadenita, en ese instante, se resume sin quererlo, toda la búsqueda humana de trascendencia.