Una semana atrás volvía con el bueno de Ogilvy (ese David), cuando decía aquello sobre las marcas:
A decir verdad, hay una manía en los anunciantes sobre aumentar el tamaño de su identidad visual.
La primera excusa es que se trataría de un tema de virilidad cuestionada, en competencia por perder la posición de macho alfa, pero lo cierto es que quien quiera que haya trabajado en comunicación visual lo ha escuchado ya tanto de gerontocracias masculinas como de jóvenes empresarias. Se repite el “lo quiero mas grande”
Y puede que en esto se resuma la práctica doméstica de la industria publicitaria, sobre todo de la 2.0: en seducir al cliente del cliente con ideas y comunicación de doble vía; y persuadir a nuestro cliente – empresa en favor de disminuir el logo para agrandar la marca.
En tanto esperamos que las 32 pulgadas de monitor, las 7 del móvil y no digo las 56 pulgadas del TV queden despejadas de tanta pretensión sobredimensionada, seguiremos predicando para que en lugar de logo, se llene de brand.
Por las buenas piezas y las mejores conversaciones, ¡Salud!