Ostia fue en los inicios de nuestra era el gran puerto de abastecimiento de la Roma Imperial. Tras lenta decadencia se abandonó definitivamente en el siglo X. Sus piedras y ladrillos se reutilizaron en las construcciones medievales. Incluso la Torre de Pisa contiene material de Ostia.
En el siglo XX se acometió la recuperación sistemática de los restos arqueológicos que hoy se pueden visitar. La inexistencia de una ciudad moderna que haya que preservar facilita la recuperación de todo el urbanismo de la ciudad romana: foros, templos, baños,…
Hay varias cosas de interés matemático en Ostia. Nos centramos en el milesio Tales, el padre de la filosofía y la matemática; aquel al que la posteridad y el arte no han tratado lo bien que se debía. Frente a Pitágoras, Euclides o Arquímedes, a Tales se le ha representado muy poco tras la caída del Imperio Romano. Afortunadamente la Roma Clásica tenía presente a los Siete Sabios de Grecia, Tales incluido.
La pintura de Tales en Ostia Antica es una representación algo escatológica: decoraba las letrinas. La inscripción de la parte superior dice Durum cacantes monuit ut nitant Thales, que en román paladino viene a ser Tales recomienda que las personas que defecan con dificultad han de esforzarse.
Bajo ha caído nuestro buen Tales, pero su sabiduría y sus máximas eran respetadas. ¡Más vale burla que olvido!