Primero llegó Jorge, el hermano de Santiago, al que yo aún no conocía pero sí mis compañeras yincaneras. Y no tuvimos que esperar mucho rato hasta que apareció el autor acompañado de Fátima Santana, del departamento de prensa de la editorial Planeta. Nos habían reservado en el café de Oriente un rinconcito, al que nos dirigimos para acomodarnos como si en realidad hubiéramos quedado para tomar algo con unos amigos; aunque finalmente así fue, porque tanto Santiago como Jorge y Fátima son encantadores y nos hicieron pasar una tarde estupenda en su compañía. Además, cuando llegó el momento de pedir nuestras consumiciones, le descubrimos a Santiago la sidra Ladrón de manzanas, que no conocía y que según nos dijo luego, le encantó.
Por supuesto hablamos largo y tendido de su novela, que casi todas nosotras habíamos leído y que originó un debate de lo más interesante. Y es que no es para menos; os dejo la sinopsis que Planeta refleja en su web:
Marta Aguilera, una periodista comprometida con su oficio, recibe una noticia que cambiará su destino: un tumor amenaza su salud y apenas le quedan dos meses de vida.
Sin nada que perder ni nadie a quien rendir cuentas, Marta siente que la realidad es un lugar amenazante y decide ocupar el tiempo que le queda impartiendo JUSTICIA.
En una carrera contrarreloj por su propia vida y contra la inquebrantable inspectora Daniela Gutiérrez, Marta Aguilera tratará de aplicar su particular ley del talión.
Como no podía ser de otra manera, una de las primeras preguntas que le hicimos fue cómo surgió la idea de escribir una historia sobre alguien que se toma la justicia por su mano como hace Marta Aguilera, la protagonista de Talión. Y también surgió la cuestión de que los dos personajes más importantes de esta historia sean mujeres; Santiago tuvo clara la respuesta, y es que nos dijo que sabía de antemano que los personajes femeninos le iban a proporcionar muchísimos más matices que si en lugar de una asesina y una inspectora de policía se hubiera tratado de dos hombres.
Después de nuestra animada charla, dedicamos otro rato a que Santiago nos firmara ejemplares del libro. En ese momento tuve ocasión de hablar con él con un poco más de tranquilidad, y fue cuando le confesé que, independientemente de lo que hubiera hecho Marta, sólo con leer la sinopsis de la novela a mí ya me había ganado para su causa, y es que no todos los días te encuentras con que el protagonista de la novela que te vas a leer ha pasado por lo mismo que tú; me refiero a lo del tumor que te condena a pocos meses de vida, no a lo de ir matando gente aunque a veces ganas no me falten... Parece que esto a Santiago le interesó bastante, y de hecho me preguntó si no me había removido por dentro leer algo así, que quizá me habría podido echar atrás a la hora de leer su novela, porque hay gente a la que no le gusta demasiado hablar de estas cosas. Ya le aclaré que no, que después de tantos años podía hablar de cáncer y de tumores sin que se me revolvieran las tripas ni me invadiera el mal rollo, y que ni el mismísimo Camilo José Cela había conseguido matarme cuando estuve en el hospital. Como una imagen vale más que mil palabras, os pongo una que lo explica, porque supongo que al leer esto se os habrá quedado la misma cara que se le quedó a Santiago.
Fragmento de La colmena
Después de que todos nos lleváramos nuestro ejemplar dedicado, estuvimos haciéndonos unas fotos con Santiago y con su hermano Jorge; por cierto, hubo algo que Santiago nos dijo que le había hecho mucha ilusión, y es que normalmente cuando va a algún sitio lo presentan como "el hermano de Jorge", y sin embargo en esta ocasión fue a Jorge al que nos presentaron como "el hermano de Santiago". Como veis, fue una tarde de lo más agradable, tanto por el entorno como por la compañía y desde luego por la charla tan animada que tuvimos. Y es que da gusto pasar ratos así.