"Odiaría ver el día en que mi valor salga de una botella." -Ponyboy Curtis, The Outsiders.
Valor, alegría, personalidad, cariño, energía, lo que sea. La cita no es exactamente así, porque no tengo el libro en español y no sé cuál es la traducción exacta, pero ya se hacen una idea.Siempre he tenido problemas con el alcohol; no me gusta el sabor, las pocas veces (contadas con los dedos de las manos) que he probado un trago o e intentando tomar han salido horribles (no es hangover, es la combinación de alcohol con pastillas psiquiátricas), y cada vez que salgo con gente que se emborracha termino harta. Por muchos años ignoré este malestar porque 1) la gente borracha igual me da risa y 2) había descubierto un mundo en el que me invitaban a hacer cosas, y aunque yo no tomara, igual me sentía parte de algo, hasta que me acostumbré a salir de ese modo y minimizar el malestar.
Me junté con mi grupo de amigos a celebrar el cumpleaños de uno de ellos. Llegué alrededor de las 3:30 de la tarde, y algunos habían estado desde las 11 de la mañana (mientras escribo esto, ellos siguen bebiendo en el bar. Son las 7:20 y pretenden quedarse hasta que el local cierre.) Si más de doce horas bebiendo no les parecen una locura lo suficientemente grande, escuchen esto: la meta era terminar el día habiendo tomado 50 litros de cerveza entre todos, algunos, que querían un reto aún más grande, debían beber 5 litros por sí mismos. Todo esto iba siendo anotado en una libreta para no perder la cuenta.Uno de mis amigos no se emborracha a menudo, y hoy no había querido participar de la idiotez de beber 5 litros, pero los demás lo alentaron y él cedió. Una hora después, estaba vomitando en el suelo, en su ropa, y en el baño, para después terminar tirado encima de la mesa sin color en el rostro, totalmente intoxicado. Apenas eran las 5 de la tarde en un día de semana.Lo que lo hace aún peor es que, en vez de ayudarlo, la mayoría se quedó ahí sentado, porque si la gente que trabajaba en el lugar lo veía en ese estado, las cosas se iban a poner feas. Sólo se le permitió a una persona ir a ayudarlo, para que no fuera tanto el escándalo. No es necesario decir que nadie estaba en condiciones de llevarlo a su casa, que un taxi no iba a recibirlo y que no podían llamar a sus padres para que lo buscaran, la solución: darle agua, algo de comida, y dejarlo ahí tirado con el vomito aún en su ropa. Fue entonces cuando no pude más y me fui. No, no lo cuidé, porque era culpa suya estar así, culpa suya y de todos los demás, y yo no quería tener nada que ver con eso, porque ya estoy harta.
Mientras estaba ahí sentada me preguntaba a mi misma: "¿Qué mierda haces aquí?" "Vine a ver a mi amigo", me dije, pero quise callar el segundo pensamiento: ¿Por qué eres amiga de personas así?Me da un poco de pena, o quizás me da bastante, que a los 22 años se comporten como adolescentes. Me da un poco de pena, o quizás me da bastante, que estuvieran burlándose de alguien que no quería beber hasta 'borrarse'.Me da un poco de pena, o quizás me da bastante, que esa persona, que es mejor que eso, cediera a la presión y terminara vomitando solo en un baño insalubre.