Taller de cocina solidario con Darío Barrio y Miramami

Por Teresarey @elsuenodeteresa
El sábado por la tarde fui con Sofía (mi mediana) a un taller de cocina solidario con Darío Barrio gracias a MiraMami (uno de mis imperdibles, planes increibles a precios increibles), los fondos iban destinados a la Fundación Pequeño Deseo.

Llegamos muy justitas a  Kitchen Club, un sitio espectacular, y allí en una mesa enorme estaban prepararados todos los puestos para los niños que estaban deseando meter mano a la comida.


Dario Barrio dando instrucciones antes de comenzar.


El menú a preparar era pizza casera y crumble de fresas.

Y así se pusieron manos a la obra con Darío Barrio como director de orquesta, que por cierto maneja a los pequeños con bastante maestría.

Primera tarea cortar las fresas en trozos, y alli se pusieron todos manos a la obra cuchillo en mano a cortar fresas como locos, las fresas las iban metiendo en una cacerola a la que se añadio el resto de ingredientes, piel de citricos, ramas de canela, azúcar y pectina de manzana y remover y al fuego.


Crumble de fresas foto a foto

Crumble en proceso y emplatado a falta de decorar

Mientras que el Crumble tomaba forma, llegaba el turno de ponerse con la masa de la pizza. Darío les explico lo que iban a hacer y como se disolvía la levadura y para que servia la levadura, cada uno hizó en su tabla un volcán de harina y Dario fue echándoles a cada uno un poquito del agua con la levadura y era el momento de amasar, juntaron todas las masas y las dejaron reposar.

Ahora era el momento de preparar su pizza, primero habia que amasarla un poco más formar una pelota y luego ponerla finita, colocaron las masas en bandejas de horno y decoraron sus pizzas con los ingredientes que estaban repartidos por la mesa.


Con las manos en la masa


Amasando su pizza

Luego llego el momento de meterlas en el horno, los niños ya estaban impacientes por ver el resultado, y al rato se sentaron a la mesa, primero decoraron el crumble de fresas con nata y unas nueces peladas, y llego el turno de cenar, se comieron la pizza encantados y su postre que habían preparado.

A comer!!!

El taller fue una pasada y la experiencia de un taller de cocina me pareció muy recomendable para los niños, Sofía lo paso en grande haciendo su propia comida, es una gran manera de que aprendan a comer, que conozcan los diferentes ingredientes, creo que desarrolla su creatividad. Así que os doy un consejo si tenéis oportunidad de que asistan a un taller de cocina no lo dudéis, desde luego nosotros la próxima repetimos.

Quiero darle las gracias al equipo de MiraMami por organizar un taller tan genial, y por supuesto por darme la oportunidad de asistir y pasar un rato con Sofía, las dos solas.


Foto finish con alguno de los participantes

Gracias  a Darío Barrio, por la paciencia infinita con niños y padres que muchas veces somos más plastas que los niños.