Engendré algunos demonios ayer, mientras te buscaba en imágenes de colores, a veces, prefiero salir huyendo, antes que la una me atrape cuando voy de camino al autobús.
Podría acariciar tus alas hasta que duermas y sin caer, ser arquitecto de tu espalda y dejarte volar...
I
Domingo por la mañana me bañaste con la luz que apagada: supuse que me querías ver llorar
II
Puse suficiente jabon sobre mi cara. ¿Recuerdas que mis ojos se irritaron con el jabon? Pensé que había dibujado tatuajes falsos sobre mis ojos.
III
IV
Subimos a un auto verde, de los que no hay en mi país. La habitación 22 del Rioja (Calle 5 de mayo por el Zócalo), y vos me observabas desde lejos
Las mañanas de Guanajuato
I
Un par de veces amanecí sola, y hacia miedo un poco de frio también
II
Vos y tu casa sin cortinas ni timbre: fue el corazón de tu tortuga-vida.
III
Comía y pensaba poco. Me devoraba, en cambio, tus colores. El sexo aparecía rojo-verde-azul,
(sigo sin saber de qué color maquillas el amor)...
Para La Coleccionista de Espejos:
Ivannia Murillo
Tres espejos de plata, con mango de cedro negro