A Chus yo ya la conocía de una presentación que organizó para dar a conocer el fantástico comic "downtown": Un libro en el que se ilustran, en formato de comic, las reflexiones de Blo, un chico con sindrome de down.
Total, que aunque ya nos conocíamos y sabía de todas sus andaduras culturales, todavía no me había acercado nunca a su tienda. Pero cuando vi que este sábado tenían un taller muy chulo de Jumping Clay pensé... ¡Esta es la mía! Seguro que a los peques les encanta este taller y de paso vuelvo a ver a Chus. Jumping Clay es una arcilla de colores fácil de manipular, que no mancha y seca sola. Bota, es ligera y suave. Y no es tóxica.
Nosotros llegamos un poco temprano lo que hizo que los peques estuvieran un poco ansiosos. Desde que Marco supo que iba a hacer un Angry Bird con la arcilla Jumping Clay no veía la hora de comenzar. Chus y su hermana Mapi nos atendieron muy bien. Esperamos a que llegara Mónica (Monitora de la academia Jumping Clay de Alicante) y todos los demás niñ@s y comenzamos. Siguiendo las indicaciones de Mónica y con el apoyo de Mapi poquito a poquito iban tomando forma. Tras un rato de lo más entretenido acabamos con un montón de pajaritos enfadados en la mesa.
Lo pasamos genial. Marco decía que se le había pasado muy rápido y que quería llevarse material para hacer más en casa. Carla (3 años) imploraba por que además compráramos todos los cuentos rosas y de princesas de la librería... Aaah, y encima pude desvirtualizar a Virginia, una seguidora de San Vicente, creo. (Es que soy muy mala para los nombres y los lugares y muchas veces meto la pata). Me hizo muchísima ilusión. Así que para ell@s fue una mañana de diversión plena y para mi un grato reencuentro y el descubrimiento de una tienda a la que seguro volveré.