Taller de kokedama con algún contratiempo pero con final feliz

Por Espaciosvivos
El día 18 de julio, es decir, el jueves pasado, hice un taller de kokedamas. Una amiga mia,  Vanessa de Truecarte amiga mía, me solicitó que le apetecía hacerlo, y junto con otras dos amigas, me animaron a organizar el taller. Desde que me enteré que estaban interesadas, empecé a comprar los materiales. Por fin llegó el día del taller y ese día, tuve un par de incidentes. 
El primero de todos, cuando fui a mi distribuidor habitual de flores y plantas y me encontré que las plantas no eran del tamaño que necesitaba y que además se encontraban en bastante mal estado. Así que me fui a otro vivero y allí pude conseguir lo necesario.  En segundo lugar, dos horas antes del taller me puse a preparar todo el material, que lleva mucho tiempo colocarlo y calcular las medidas necesarias para hacer las bolas de musgo y para mi sorpresa me encuentro que el musgo está chorreando. Estas situaciones que empiezan a ponerte de los nervios, ¿sabeís a que me refiero? bueno pues tuve que poner al sol el musgo y acercarme a una floristería para surtirme de musgo por si no se secaba.
Bueno llegó el momento del taller y las chicas se fueron sentando. La primera parte del taller es un poco engorrosa, porque hay que trabajar la mezcla de arcilla y turba y lleva su tiempo. creo que siempre pasa, que esta parte es más rollete, pero super necesaria.
A continuación cuando ya hicieron las bolas, empezaron a cubrirlas con musgo. Más o menos el musgo estaba aceptable, aunque ya me hubiera gustado que estuviera más seco.


Empezaron a colocar la primera atadura y fue bastante fácil, porque tiene que estar prieto, pero no tiene gran dificultad.
Antes de empezar la segunda atadura, nos tomamos una relax, gracias a una de las alumnas, también compañera de la universidad y que nos alimentó bien. ¡¡¡¡¡Mirar qué pastel con fondant!!!!

Buenísimo Elena, muchas gracias por ese pastel rico rico, lleno de energía para la siguiente atadura.
En la siguiente atadura, con un cordel encerado, las pobres sufrieron un poco más. Mientras unas charlaban (yo también), otras callaban y se concentraban.



Finalmente consiguieron lo que se proponían acabar sus kokedamas

Fueron seis alumnas, una de ellas se escapó antes de que pudiera hacerle una foto. Lo bonito de cada kokedama y del trabajo que realizaron fue que cada uno era distinto. Pienso que se intenta que sean redonditos, como esferas, pero finalmente salieron cada uno con su propia personalidad.
Muchas gracias a todas por asistir. A mi me encantó compartir un buen rato con ellas, creo que ya están produciendo para hacer regalos y decorar sus casas.
En septiembre estoy pensando en realizar un nuevo taller, si alguien se anima, escribirme a mi correo, que tenéis en el panel de la derecha, podéis hacerlo a través de facebook o mis datos los podéis encontrar aquí.