Soy una colaboradora habitual de En Clave, una escuela de música que trabaja con el método Suzuki. Este fin de semana se llevó a cabo un Workshop para padres y niños. Realmente me quedo impresionada cada vez que asisto a los conciertos de violín de estos alumnos.
Ellos estudian música y aprenden a tocar el violín igual que se adquiere la lengua materna, con una metodología lúdica adaptada a su edad. Los padres son también claves en el proceso de enseñanza, participan en las clases con el objetivo de reforzar lo aprendido en casa. Estoy segura que si en las escuelas usaran esta metodología el mundo estaría lleno de músicos.
Esta vez mi colaboración consistía en dos talleres de plástica con temática de Halloween, ya que nos coincidía con esta fecha. Mientras los padres asistían a las charlas, los niños y yo estábamos haciendo máscaras de monstruos con materiales de reciclaje. Me gusta trabajar con estos materiales porque les enseña el valor de la reutilización de ellos. Soy de las que apuesta mucho por la expresión libre, y aunque la actividad sea guiada siempre hay espacio para la libertad de crear. ¡Así que cada uno hizo su monstruo a su manera!
Para el segundo día hicimos fantasmas. A mí me encanta trabajar con este grupo de niños porque se nota los beneficios de su educación musical: tienen bastante destreza manual, son perseverantes en el trabajo, creativos, independientes y su capacidad de atención y concentración es buena. Soy de las que piensa que en la educación de los niños siempre debe haber una actividad artística y un deporte.
Para cerrar el workshop hubo un concierto fantástico de violín de niños y padres. Un fin de semana especial lleno de mucho arte.
¡Hasta la próxima En Clave!
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