Tallin
on 24/03/2013
Tallin, la perla del Báltico
Tallin es la niña bonita de los países Bálticos. Si a su casco viejo sacado de un cuento de los Hermanos Grimm le sumamos que está a dos horas en ferry de Helsinki (70 km), además de en la ruta de paso hacia San Petersburgo, la combinación resultante es ganadora, verdad? Así ha pasado con la capital estonia, el auge que ha tenido en los últimos años hace que las calles del centro estén repletas de turistas venidos de todas partes, que pasean y pasean por sus adoquinadas calles flanqueadas de cuidadas y bonitas casas medievales.
Tallin es toda una delicia visual, es una de las ciudades medievales europeas mejor conservadas. Las fachadas están impecables y los letreros de los establecimientos están en sintonía con la estética medieval de todo el conjunto. Por supuesto, el casco viejo es Patrimonio de la Humanidad.
Lo único que le resta un poco de encanto a la ciudad es el hecho de ser tan turística. Es guapa y lo sabe, así que lo aprovecha. Multitud de tiendas de souvenirs, restaurantes, bares, hoteles… Todo enfocado a hacer de Tallin la perfecta visita de crucero de un día, o de algo más de tiempo en caso de que te quieras quedar.
El centro de Tallin se recorre rápido, debe estar compuesto de unas 20 o 30 calles como mucho. Fuera de eso hay una ciudad más en consonancia con Europa, con bastantes edificios al estilo de los países escandinavos, bloques de cristal en su zona de negocios y remanentes del comunismo en forma de enormes monstruos de apartamentos.
Aquí empezamos a acostumbrarnos al frío y a tener mucho cuidado con el hielo incrustado permanentemente en las calles: resbala mucho! Pero eso es algo que no impide a las chicas ir en tacones y minifalda cuando salen. Es como un reto: cuanto más frío, más me la juego. La verdad es que Tallin tiene bastante ambiente, muchos bares y buena vida nocturna; nosotros podemos dar buena fe de ello.
Escribiría acerca de los diferentes sitios a visitar en Tallin, pero no es necesaria ninguna guía ni indicación, sólo con pasear por las calles del casco viejo irás encontrando una tras otra las diferentes catedrales, plazas, iglesias que conforman la ciudad. Además, la visita a Tallin consiste en pasear en si mismo e imbuirte de ese aire medieval, si el resto de turistas que te rodean te lo permiten.
ALOJAMIENTO
- 16 Euros Hostel -> Habitación doble con baño por 16 € por persona. Está bien ubicado -cerca del centro y de la terminal de ferrys- y el staff era agradable. El resto digamos que normal y corriente: cumplió su función.
TRANSPORTE
- Helsinki – Tallin : Ferry -> Tiempo: 2 horas. Precio: 43 € con Tallink (nos cobraron más por comprar el billete a última hora!)
- Tallin – Helsinki : Ferry -> Tiempo: 2,5 horas. Precio: 33 € con Viking Line.
- Para movernos por los 3 países bálticos alquilamos un coche en Tallin. El precio fue de 37,5 €/día. El precio original iban a ser 22,5 €/día pero nos añadieron un plus por salir del país y no se qué historias (pecamos de honrados por decir que SÍ íbamos a salir del país).
COMIDAS
- La mejor comida sin duda fue en el Draakon, a los pies del Town Hall, en el casco viejo. Es un pequeño lugar iluminado sólo con velas; tiene mesas y bancos de madera, los camareros están vestidos a lo medieval -así como toda la decoración- y en él sólo se sirve sopa de alce (2€) y empanadas de varios tipos (alrededor de 1€). Muy barato y muy bueno; la sopa de alce estaba espectacular. También hay un gran tonel con pepinillos gigantescos gratis, pero tienen un sabor peculiar.
En resumen, Tallin es la ciudad mimada de los bálticos. Tiene el casco viejo con más encanto de los tres países, pero en consecuencia también es donde más turistas verás y está totalmente preparada y enfocada a ellos (de eso vive). Pero si tantos turistas vienen a visitarla por algo será. Así que no te puedes perder la visita a la capital estonia, tanto si estás de ruta por los países bálticos como si estás unos días en Helsinki. Desde luego, para mí tiene muchísimo más atractivo que ésta última.
Seguimos, a contar nuestro pequeño incidente en el primer día de coche.