Tamara posa con su réplica de la Copa - Foto: Toni Delgado.
Sigue teniendo la misma cara de niña con la que irrumpió en la Liga femenina compartiendo destreza y descaro con Alba Torrens. Cuando la entrevisté para Solobasket, hace siete años, Tamara Abalde (Ferrol, A Coruña, 1989) decía que no le daba vueltas a todo lo que había ganado, sino que solo pensaba en seguir aprendiendo. Una lesión frenó en seco su progresión y ahora, tras dos cursos en Francia, ha llegado a Salamanca para ganar, de momento, dos títulos: la Supercopa y la Copa de la Reina de Torrejón de Ardoz. Siempre risueña, la ala-pívot gallega habló con Cronómetro de Récords en la pista del Pabellón Municipal Jorge Garbajosa y con la mini réplica de la Copa bien agarrada en las manos.
Toni Delgado / Torrejón de Ardoz—Está siendo un gran año para la familia Abalde, dos Copas [su hermano Alberto ganó la de LEB Plata].La verdad es que de momento nos podemos quejar. No ha podido venir a verme, pero lo habrá seguido desde casa. Seguro que estará igual de contento que yo cuando le vi ganarla a él. —¿Cómo ha vuelto Tamara Abalde de Francia? He vuelto más madura después de dos años de experiencia en el extranjero [Aix en Provence y Landes], jugando minutos y teniendo mucha responsabalidad. Creo que era el momento de madurez perfecto para venir a un club como Avenida y saber adaptarme al rol que me toca. De momento no me puedo quejar porque con dos finales y dos títulos...—Esa confianza la tienes que demostrar en los pocos minutos que tienes. Los tienes que jugar bien. Si te dieran más, sería más fácil. Esa situación te hace más fuerte. Sí, sí, es difícil hacerlo bien cuando juegas poco. Este año estoy súper contenta. Creo que estoy rindiendo bien, ayudando mucho al equipo. Estoy contenta. —Con jugadoras así es difícil jugar más. Tenemos aquí al lado a Thomas, a Robinson... Tenemos a la MVP de la Copa [Robinson]. Es una gran plantilla. Sabía donde venía y lo que se quería de mí. Estoy muy tranquila con mi trabajo y contenta de ayudar cuando se me requiere. Y si es para ganar títulos, mejor [se ríe]. ¿Qué te voy a decir?—Se olvidan esas etapas en que Ros que te cedía... Supongo que esa situación te afectó en su momento. El no saber tu futuro. En principio, las cesiones de Ros estaban pactadas. Estuve muy contenta en Rivas, años quizás truncados por una lesión bastante grave que me tuvo parada más de 12 meses. Creo que todo es tiempo, desarrollo y que he ido dando los pasos que tocaba. La experiencia en Francia fue muy buena y para a España qué mejor a Avenida. —¿En aquella época llegaste a pensar que te habías estancado? Empezaste muy bien en el Celta con Alba Torrens. Que habías dejado de crecer. Sobre todo fue muy difícil la lesión. Ese año me cortó bastante la progresión. El primer año de Rivas acabó jugando muy bien los playoffs y con mucha confianza. Y el siguiente me lo pasé en blanco. Y después otro encadenado con otro en el que Rivas tenía una grandísima plantilla y decidí irme a Pamplona para jugar. Creo que todo pasa por un momento. Ese cambio para después irme a Francia fue positivo. Y he llegado a Salamanca, entre otras cosas, para ganar títulos como éste. No me arrepiendo de nada [se ríe].—Ahora mismo, además de tener más confianza en ti misma, ¿en qué es mejor Tamara Abalde?He mejorado en mis porcentajes de tiro, tengo más seguridad y confianza en el lanzamiento. Sobre todo tengo capacidad de adaptarme a lo que me toque, dejugar dos minutos, por ejemplo, y hacerlo bien.Si tengo jugar 20, pues igual. —¿Qué te pide Víctor Lapeña?Me pide precisamente eso, que el tiempo que esté en la pista esté a tope, que abra jugando de 4, con tiro exterior, intensidad y que ayude al equipo.