Me resulta chocante ver cómo hay empresarios, y no sólo pequeños empresarios, que gestionan sus empresas sin un método ni criterio válido. Que no saben a dónde van ni lo que pretenden, es decir, que no tienen una estrategia clara. Que no saben ni siquiera dónde están, es decir, que no tienen una contabilidad clara ni un diagnóstico de sus problemas mínimamente decente. En consecuencia van dando tumbos.
No me extraña que ese tipo de empresarios gestione la miseria, y se la contagie a la sociedad que tiene la desgracia de acogerlos.
Estoy hablando de empresarios concretos, con nombres y apellidos, aunque prefiero no denunciarlos, porque muchos de mis lectores no se lo creerían.
Muchos de ellos están en estos momentos de crisis al borde del abismo. ¿No sería mejor que la ola de la crisis se los llevase al fondo? A simple vista parece que aportan algo a la sociedad, pero si los analizas bien, no aporta nada. Lo mejor que podrían hacer es dejar espacio para otros que lo hicieran bien.
Lo siento, debo tener un día pesimista.