Supongo que mi rechazo juvenil por esta música era fruto de una lógica reacción generacional. De los finales de los sesenta y principios de los setenta, cuando era un renacuajo, lo que mejor soporto, si exceptuamos a los Rolling, son los precedentes del punk como The Velvet Underground o los New York Dolls; precisamente el concierto de rock que más me ha impactado de los que he asistido fue a en una pequeña discoteca a finales de los ochenta con Johnny Thunders, uno de los fundadores de los New York Dolls. Encargado de poner la voz y guitarra, pasadísimo sobre el escenario, nos deleitó con mil y una propinas, muchas de ellas canciones de su magnífico LP, con The Heartbreakers, "LAMF" (1977), no había manera de hacerlo bajar, sus compañeros estaban hartos de tocar y desesperados, al final se lo llevaron arrastras, aún así volvió a aparecer y cantó algún tema acompañándose de su guitarra. Poco después saltó la noticia de que había muerto de sobredosis. Se veía venir. Guardo, a pesar de su lamentable estado, un hermoso recuerdo de aquel día y me dolió mucho la noticia de su muerte. Le haré un pequeño homenaje. Siempre me llevé mejor con las distorsiones del punk que con el más puro rock:
Acabo de descubrir un grupo australiano de rock llamado Tame Impala, me ha encantado el carácter retro de su cancion "Elephant". Hoy en día no se puede ser muy innovador, sin embargo una persona como yo, que se ha criado con la música de los ochenta, entre punks y tecnos, no deja de sentir cierta atracción e incluso novedad con esta música que, por otra parte -y ahora va la barbaridad- me suena demasiado vieja. Necesitamos una revolución a todos los niveles. pero ya. Esto comienza a ser aburrido, hay excesiva pasividad en esta sociedad, aunque, por otra parte, parece que no se puede evitar que algunos se vayan por las ramas y que en estos días impere la ceremonia de la confusión (¿y tú qué pides?), difícil es encontrar el punto medio, el equilibrio perfecto, pero no por ello lo vamos a dejar de intentar.
Supongo que mi rechazo juvenil por esta música era fruto de una lógica reacción generacional. De los finales de los sesenta y principios de los setenta, cuando era un renacuajo, lo que mejor soporto, si exceptuamos a los Rolling, son los precedentes del punk como The Velvet Underground o los New York Dolls; precisamente el concierto de rock que más me ha impactado de los que he asistido fue a en una pequeña discoteca a finales de los ochenta con Johnny Thunders, uno de los fundadores de los New York Dolls. Encargado de poner la voz y guitarra, pasadísimo sobre el escenario, nos deleitó con mil y una propinas, muchas de ellas canciones de su magnífico LP, con The Heartbreakers, "LAMF" (1977), no había manera de hacerlo bajar, sus compañeros estaban hartos de tocar y desesperados, al final se lo llevaron arrastras, aún así volvió a aparecer y cantó algún tema acompañándose de su guitarra. Poco después saltó la noticia de que había muerto de sobredosis. Se veía venir. Guardo, a pesar de su lamentable estado, un hermoso recuerdo de aquel día y me dolió mucho la noticia de su muerte. Le haré un pequeño homenaje. Siempre me llevé mejor con las distorsiones del punk que con el más puro rock:
Supongo que mi rechazo juvenil por esta música era fruto de una lógica reacción generacional. De los finales de los sesenta y principios de los setenta, cuando era un renacuajo, lo que mejor soporto, si exceptuamos a los Rolling, son los precedentes del punk como The Velvet Underground o los New York Dolls; precisamente el concierto de rock que más me ha impactado de los que he asistido fue a en una pequeña discoteca a finales de los ochenta con Johnny Thunders, uno de los fundadores de los New York Dolls. Encargado de poner la voz y guitarra, pasadísimo sobre el escenario, nos deleitó con mil y una propinas, muchas de ellas canciones de su magnífico LP, con The Heartbreakers, "LAMF" (1977), no había manera de hacerlo bajar, sus compañeros estaban hartos de tocar y desesperados, al final se lo llevaron arrastras, aún así volvió a aparecer y cantó algún tema acompañándose de su guitarra. Poco después saltó la noticia de que había muerto de sobredosis. Se veía venir. Guardo, a pesar de su lamentable estado, un hermoso recuerdo de aquel día y me dolió mucho la noticia de su muerte. Le haré un pequeño homenaje. Siempre me llevé mejor con las distorsiones del punk que con el más puro rock: