¿Tan difícil es hacer una buena presentación?

Publicado el 13 mayo 2014 por Jose Salgado @exelisis

Ya he perdido la cuenta a cuantas reuniones he ido, a la cantidad de conferencias, seminarios y demás eventos donde la estrella del momento no es el ponente, es una presentación. Y la verdad sea dicha, puedo contar con los dedos de una mano las presentaciones que realmente me han entusiasmado, así que la pregunta que me hago es ¿Tan difícil es hacer una buena presentación?

Lo más obvio es afirmar que si, porque visto los resultados pocas personas son capaces de compaginar un power point con una presentación. Todos hemos visitado páginas y leído libros, blogs, post, documentos sobre como bordarlo, y su hacemos una resumen global de toda esta información y conocimiento acumulado sobre el mundo del puntero láser y el botón siguiente, la idea es básica: No aburras a tu audiencia. Esto no es exclusivo de este mundo, en el cine y cualquier medio que se precie de serlo, lo tienen como una máxima (a no ser que seas un cineasta de autor, que entonces tu misión es aburrir al espectador hasta el límite del suicidio).

Uno de los errores que más me irritan y me sublevan en estos lares es cuando en vez de hacer una presentación, el orador se dedica a leerme el power point. Pero vamos a ver alma de cántaro, para leer ya estoy yo, no hace falta que me repitas lo que ya están en la pantalla. Porque no pones imágenes que refuercen el discurso, o una cifra, pero no me pongas todos los puntos que ya me estás leyendo y encima en una letra que hace dudar si los asistentes son personas o halcones.

Claro que es muy fácil sentarse y esperar que te entretelan sobre temáticas tan divertidas como el fantástico mundo de los ERPs, gestión de la nube o el natural ecosistema del nenúfar australiano. Yo mismo cometo más de una vez el mismo error del que me quejo, usar el Power Point como si fuera un procesador de texto, escribiendo todas las ideas que quiero transmitir olvidando que las ideas las transmito yo, y que tengo que dejar en pantalla la idea fuerza, sin florituras.

Esto suele ocurrir cuando el que diseña la presentación no es el mismo que la presenta. Porque ve un resumen de ideas, pero no conoce el discurso. Quizás sería buena idea que fuera la misma persona, pero en el caso no que pueda ser, lo ideal no es recargar la diapositiva, sino usar el campo añadido donde se pueden insertar notas y los conceptos que se han de tocar en cada momento.

Así que recuerda este principio que te he comentado, nunca aburras a la audiencia, y si la vas a aburrir, intenta ser lo más aburrido posible. De este modo quizás se duerman, pero como no han entendido nada pensarán que eres un auténtico gurú.

Película: The Hudsucker Proxy

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