Mal asunto es esperar que el infortunio de
unos suponga la felicidad de otros. Si por desgracia alguien tiene que utilizar
una silla de ruedas para desplazarse, podrá sentirse más identificado con su
entorno, si las personas que le rodean, tienen la misma limitación, pero no por
ello la persona en cuestión va a ser más feliz. Eso solo, lo lograría el día
que pudiese caminar, algo tan sencillo como eso.
Fran Laviada