Seguimos con Tangerine Dream y el trío Froese-Franke-Schmoelling pues es mi intención el poder mostrarles toda esta etapa brillante de la Mandarina (veremos si lo lograremos). De Hyperborea debería mencionar que No man's land es uno de los trances sonoros más perfectos que he escuchado de ellos, y que al contrario de Exit, no es un canto de salida: es un canto de entradas; de entradas y portales ancestrales donde los cantos de gigantes hiperbóreos irrumpen desde el centro de una ciudad perdida entre los vientos polares.
Artista: Tangerine Dream
Álbum: Hyperborea
Año: 1983
Género: Electrónica / Krautrock
Duración: 42:02
Nacionalidad: Alemania
Mirémonos de frente. Nosotros somos los hiperbóreos, y sabemos bastante bien cuán aparte vivimos. "Ni por tierra ni por mar encontrarás el camino que conduce a los hiperbóreos," Píndaro ya sabía esto de nosotros. Más allá del septentrión, de los hielos, de la muerte, se encuentra nuestra vida, nuestra felicidad... Nosotros hemos descubierto la felicidad, conocemos el camino, hallamos la salida de muchos milenios de laberinto. ¿Quien más la encontró? ¿Acaso el hombre moderno? "Yo no se ni salir ni entrar; yo soy todo lo que no sabe ni salir ni entrar", así suspira el hombre moderno... Estábamos aquejados de esta modernidad, de una paz pútrida, de un compromiso perezoso, de toda la virtuosidad impura del sí y del no modernos. Semejante tolerancia y amplitud de corazón, que lo perdona todo porque lo comprende todo, es para nosotros viento de sirocco. Vale más vivir entre los hielos que entre las virtudes modernas y otros vientos meridionales... Fuimos bastante valerosos; no tuvimos clemencia ni para nosotros ni para los demás; pero por largo tiempo no sabíamos dónde nos conduciría nuestro valor. Nos volvimos sombríos, nos llamaron fatalistas. Nuestro fatum era la plenitud, la tensión, la hipertrofia de las fuerzas. Teníamos sed de rayos y de hechos; estábamos muy lejos de la felicidad de los débiles, de la abnegación, En nuestra atmósfera soplaba un huracán; nuestra naturaleza se oscurecía porque no hallábamos ninguna vía. Esta es la fórmula de nuestra felicidad: un si, un no, una línea recta, una meta.Nietzsche. Capítulo primero del Anticristo
Nosotros los no hiperbóreos
Más allá del norte acaso no habrá tierras,
habrá vientos solamente, o tierras incorrectas acaso
Más allá del norte he deambulado con el campo, con el campo de la era;
sus tierras incorrectas que pisaré y también pronunciaré malversadamente,
despertando de sus poros sean hormigas sean lagartijas sean perdices
fugitivas todas: desperdigadas en el campo de la era
derruídas junto a tantas baratijas humanas perdidas
Fundaría las leyes
sobre fragmentos polvorientos de mapasserían condenados a escribir los pastores de la no ubicación
un territorio atravesado con mapas inútiles de arena o estrellas
¿edificaríamos en la medicina lazos de fuego?
las hiedras serían bebidas en cuencos de barro
y rotundas notas musicales emanarían nuestras cajas mentales
Las leches de los pájaros bebimos trasegadas por las grietas en un árbol,
y nos adentrábamos en cada caverna de sus cortezas,te recuerdo así, absorbiendo con tus labios, con tus ojos aún,
absorbiendo de las leches que manaban en un árbol.
Todo lo solar en tu central negrura refugiábame la ceguera;
satélites lo todo debían rondar en torno a ese ojo de pavor o extasiadoMás allá del norte acaso no habrá cielos,
habrá vientos solamente, o tierras totales acasoMás allá del norte he deambulado con el nuevo campo de la era,
lloro en sus confecciones de habitantes, en sus altares de confesiones
despertando de sus poros no caminos no fronteras no territorios:
un mapa virtual de babas brillantes
Pero si acaso todo lo solar no es más que otro fragmento rondando
a ese ojo de calma, acaso podríamos descansar,sin visores tecnológicos ni cegueras,
solo una luz eclipsada protegida por tus cuencas a las mías
Franke, Schmoelling y Froese
1. No man's land 2. Hyperborea
3. Cinnamon Road
4. Sphinx Lighting
Alineación:
- Edgar Froese / teclados, productor
- Christopher Franke / teclados, productor
- Johannes Schmoelling / teclados