Al ser interrogada en un programa televisivo sobre los buenos datos de la evolución que tiene el paro los últimos meses, la político progresista dijo: “El debate es si queremos o no queremos ser una sociedad que está dispuesta a asumir que hay una parte de la población, ahora mismo casi un cuarto, que puede morir de hambre“.
Sorprendente. Hubo risas en el plató. Después, la Sra. Sánchez se retractó de lo dicho sustituyendo el fallecimiento por inanición por “quedar en la cuneta”, preocupación que, por cierto, no tiene ni Dª Tania ni su familia, después de la suerte que les sonrió en el reparto de las viviendas protegidas.
Se cmentó varias veces en este espacio la necesidad que tiene la izquierda radical de un enemigo próximo, sean los mercados o el Ibex 35, éste último un tanto curioso porque se pregunta uno como un índice puede representar tal condición; si los datos de algo son favorecedores, surge de nuevo el drama, el problema, la miseria o la necesidad en otra parte que nunca suele ser donde se encuentran sus dirigentes.
De verdad que ignoraba el escalofriante dato de que un cuarto de la población española se podía morir de hambre. Por supuesto, no me lo creo. Y afirmar este tipo de cosas es más típico de los delegados de sexto curso que de quienes pretenden hacer política con mayúsculas; si además está imputada, no le auguro un porvenir brillante.