Tanta pasión para nada

Publicado el 17 marzo 2011 por Isladesanborondon


Da título al volumen de narraciones cortas que Julio Llamazares ha publicado recientemente en la editorial Alfaguara. Trece historias que comparten con el lector el reflejo de esas figuras de fábula que somos los hombres. Con el escritor leonés regresamos a la escritura poética de la que fluye siempre una melancolía que no cesa, como si los personajes en algún momento y sin ser conscientes de ello, se perdieran a sí mismos para siempre.
La ficción es relato y éstos nacen de la memoria, y para el autor de "La Lluvia amarilla" y "Las Rosas de piedra", por encima de todo, está el poder de contar, ya sea a través de sus artículos periodísticos, mediante guiones de cine, o con la ayuda de la literatura. Llamazares es un magnífico contador de historias que escribe con envidiable sencillez, esa difícil cualidad que sólo poseen los autores que conocen su oficio. "Tanta pasión para nada" nos presenta a personajes muy distintos cuyas vidas se hicieron añicos o perdieron su razón de ser porque en un momento concreto perdieron la pasión.
Mi voz será como un paréntesis de duda, escribía en “La lentitud de los bueyes”, y es precisamente esa duda que escuece y que interroga, lo que mueve al hombre a vivir con pasión o a renegar de ella como mecanismo de defensa, ya que al fin y al cabo, este trabajo que es vivir resulta inútil si uno no pierde de vista el final. Esa derrota, ese sentimiento romántico de la pérdida, es la idea común que comparten los relatos cortos de este libro. En sus páginas nos tropezamos con un jugador de fútbol de éxito que fracasa en un momento decisivo de su profesión, o con un viejo napolitano que reencuentra a su amor verdadero cuando el tiempo se agota. Encontramos a un hombre que se inventa un amigo invisible porque no soporta la soledad, y un conductor que renuncia a todo lo que tiene para perderse en una carretera sin destino alguno. Todos, de una manera u otra se duelen de vulnerable condición.

Frágil es también la memoria colectiva. Y quizás porque Vegamián, el pueblo que lo vio nacer, yace hoysumergido bajo las aguas del pantano del Porma, es la razón por la que Julio Llamazares en su obra literaria se ha encargado de rescatar la memoria de las profundidades del olvido. La historia de nuestros antecesores, la guerra civil y las situaciones de injusto padecimiento que sufrieron los españoles, de uno y otro bando, reciben su homenaje en "El desaparecido" y "Las campanas de la Cuerna".  Encontraremos también un recuerdo especial dedicado al poeta Ángel González cuando éste abandona el pueblo de Primout donde ejerció de maestro de escuela. Por último quisiera destacar la última fábula que recoge una frase muy recurrente de nuestros padres: "El día de mañana". Es el relato más corto del libro y la historia más larga jamás contada. Léanlo. Descubrirán el por qué.