♦Revelaciones para encontrar el Camino y la Virtud♦
«Introducción y notas de Luis Racionero»
«Por lo que respecta al Camino, el Camino que
puede expresarse no es el Camino permanente;
En cuanto a los nombres, el nombre que puede
nombrarse no es el nombre permanente.
Lo innominado es el comienzo de las diez mil cosas;
Lo nombrado es la madre de las diez mil cosas.
En consecuencia, quienes permanecen sin deseos,
percibirán gracias a ello su sutileza.
Quienes desean siempre,
sólo verán gracias a ello lo que anhelan y buscan».
En el primer verso está la clave de todo: el Tao —el Camino—, cuando se nombra, ya no es. El Tao es anterior o está más allá, si se quiere, de las palabras: en cuanto se ponen nombres, se pierde.
El Tao Te Ching es el clásico del taoísmo, tradicionalmente atribuido a un cierto Lao-Tse contemporáneo de Confucio, aunque posiblemente el libro sea una antología de proverbios compilada hacia el siglo IV a.C.. Más que místico, su tono es moral, pragmático, exponiendo en imágenes poéticas y aforismos precisos el conjunto de actitudes que forman el modo de ser taoísta. El libro del Tao es profundo, poético y enigmático, de una belleza formal realzada por su aparente simplicidad, que oculta uno de los pensamientos más avanzados que la humanidad haya producido. Puede decirse sin exageración que es uno de los tres o cuatro libros básicos que existen en el mundo; la mejor prueba de ello es el número de veces que puede ser releído, encontrando cada vez en él luces nuevas.
«Si tuviera que elegir un solo libro en el mundo, sin vacilar escogería este. Su inspiración es inagotable». [Luis Racionero]
Casi tan traducido como la Biblia, esta obra ha sido y sigue siendo un libro inspiracional para millones de personas en todo el mundo que han encontrado en su lectura múltiples respuestas. El Tao Te Ching es, por derecho propio, un libro universal, profundo, poético y enigmático que se lee, relee y trabaja durante toda la vida, y que revela un sentido de la vida más profundo, sabio y exacto que cualquier otro libro que hasta hoy se haya escrito.
Ahora os contaré una leyenda: «Algunos relatos sostienen que viajó hacia el oeste montando un búfalo de agua, a través del estado de Qin. Cuando llegó al paso de Shanggu, el guardián ―al que una fuente llama Yinji y otra Luanyin― reconoció al ilustre filósofo. Le suplicó que se quedase un año en su casa antes de marcharse al destierro, y que escribiese un libro exponiendo su doctrina. El maestro se dejó convencer, escribiendo el Tao Te Ching. Hasta entonces, Lao-Tse solamente había propagado su filosofía de manera oral. Después marchó hacia el oeste, adentrándose en el país de los bárbaros, donde su rastro se perdió para siempre».
Lee y disfruta de un fragmento del libro.
El autor:
De la vida de Lao-Tse («Anciano Maestro») tan solo se conocen algunos datos legendarios. Conforme a la tradición, y a una biografía incluida en la obra de Sima Qian —fundador de la historiografía china—, Lao-Tse fue contemporáneo de Confucio, aunque mayor que él, y trabajó como archivero en la Biblioteca Imperial de la corte de la Dinastía Zhou. Por intención o accidente, cuando Confucio se dirigía a leer los rollos de la biblioteca lo encontró en Zhou, cerca de la moderna Luoyang.
El descubrimiento de las copias de Mawangdui («El Lao Tse de tela de seda»), y sobre todo del más antiguo texto de Guodian («El Lao Tse de las tablillas de bambú») agitó las aguas de la polémica (autoría y época), y dio pie a una nueva interpretación de la personalidad del «Anciano Maestro».
El libro:
Tao Te Ching ha sido publicado por Austral Editorial en su Colección Austral Sabiduría. Traducción de Jordi Fibla. Introducción y notas de Luis Racionero. Encuadernado en rústica sin solapas, tiene 154 páginas.
Como complemento pongo un vídeo grabado en la UNED titulado Los libros del Tao en el que participan María Teresa Román López profesora de Filosofías Orientales, UNED, e Iñaki Preciado Idoeta escritor, tibetólogo y pionero de la actual sinología española.
Para saber más:
Tao Te Ching en Wikipedia.