En fin, me pasó.
Cuando volví, estaba destapada porque al parecer la manta no era de moahir y le daba urticaria. Me disculpé y le ofrecí un té caliente, pero ella lo escupió quejándose de que no era ¡darjeelin de 1ª floración!
Atribuí sus maneras (o la falta de las mismas) al estado en que se encontraba: mojada, perdida y sobre todo, agotada. Le sugerí que fuera a acostarse. Le dejé mi cama con ese pedazo de colchón de viscoelástica que compré y que es como dormir en una nube. También tuve buen cuidado en ponerle las sábanas del ajuar que me hizo mi madre, las de algodón del Burrito blanco bordadas por las monjas. ¿Qué pasa?, soy hijo único.
Debí acertar porque pasaba del medio día y la Princesita no había movido ni pie ni oreja. Descartado el desayuno, decidí en su honor preparar unas tapas algo más sofisticadas de lo que acostumbro. Para ello usé tres aperitivos distintos que tenía preparados.
Cuando amaneció, parece que las 12 horas de sueño reparador que se había echado al cuerpo no le mejoraron el humor...Que si la cama incomodísima, que si había algo duro que se le había clavado por todo el cuerpo, que si nosequé, que si guisante para arriba, que si guisante para abajo...
Ya no aguanté más, le dije que si era princesa desde luego debía serlo del país de las groseras maleducadas, y que de hecho, de ahí podría ser incluso la reina.
Se fue dando un portazo, no sin antes regalarme de su boca tales palabras que uno, que es un lobo hecho y derecho y como diría Fabra, hace mucho que se afeita, todavía se sonroja al recordar.
4 rebanadas de pan
Escamas de sal
Para los puerros
2 puerros
2 c.s de AOVE
1 c.t de mostaza antigua
Para la mermelada de tomate
1 tomate verde cortado concasse
1 clavo pequeño
3 c.s de azúcar
Para las sardinas
6 sardinas parrochas en filetes limpios
2 c.s AOVE
1 lima
1/2 naranja
1/2 c.t. de sal
1 vaina de cardamomo
El día antes, lavamos abundantemente los filetes de sardina hasta que se vean blancuzcos y los ponemos en una fuente cubiertos con la marinada que habremos hecho con la ralladura y el zumo de los cítricos, las semillas de cardamomo y el resto de ingredientes. Refrigerar.
Limpiamos los puerros y los cortamos en trozos de unos 6 cm, ponemos a hervir en agua con sal y cuando estén tiernos, los marinamos también con el resto de ingredientes.
Por otro lado, ponemos en un cazo a fuego medio los ingredientes de la mermelada y dejamos cocer a fuego medio, removiendo de vez en cuando hasta conseguir la textura deseada.Retiramos el clavo.
Sobre las rebanadas recién tostadas montamos la tapa: Ponemos una cucharada de mermelada, el puerro (si lo picáis será mas fácil de comer!) y encima un par de filetes.
Como ya os he dicho son tres tapas diferentes, también podéis servirlas por separado: con el puerro se hacen ensaladas deliciosas, la mermelada es exquisita con queso...