Tapas y Cía, la nueva propuesta de Suculent fuera del Raval
Tapas y Cía hace poco que abrió sus puertas en la zona de Sagrada Familia, en Avenida Gaudí. Un bar de tapas más que podría ser estigmatizado por la zona en la que se encuentra, pero sería un error. Un fallo que cometeríamos y que seguramente lo hacemos en muchas ocasiones.
Si decimos que Tapas y Cía pertenece a la saga Suculent la cosa cambia. La Taverna del Suculent, el mismo Suculent o 4amb5 Mujades ya son nombres familiares que se han ganado un sitio en las listas de casi todo el que quiera disfrutar de una buena cocina en los diferentes formatos que ofrecen.
Su oferta sigue la misma línea y las tapas la misma elaboración que el la taberna. De hecho el cocinero que dirige los fogones es el mismo, Manel Lapuerta. Cada día ofrecen un menú de lunes a jueves en el que se combinan 4 tapas con un plato principal a elegir entre dos opciones con agua o caña incluído por 19,80 Euros. En total 5 platos.
La carta de Tapas y Cía en cuanto a variedad es completa y aunque no faltan los clásicos tan bien acogidos por foráneos y autóctonos como unas bravas o un plato de jamón, encontramos cosas que salen fuera de lo común. Si, hay croquetas, pero son de berenjena y queso azul. Y bombas, pero de cordero y mostaza. De esta manera, sin dejar de lado lo que el público demanda introducen platos algo más elaborados que serán sin duda bien recibidos.
Su steak tartar con mantequilla de café de París, botarga ahumada y alcaparra, servida en una ligera tostada demuestra una inquietud por diferenciarse. Algo que también se percibe en sus sardinas en tempura con paté y relleno de pimiento y queso. En cuanto a los platillos algo más contundentes se nota una base de cocina tradicional, algo evolucionada y adaptada a los gustos de hoy y el buen producto fresco y de temporada. Un ejemplo bien claro es la crema de alcachofas con virutas de jamón, foie y vieira a la plancha (tremenda) o el saquito de col y carrillera de cerdo con su jugo, nada despreciable. La verdad es que elijas lo que elijas, es difícil equivocarse.
Los postres son caseros, hechos por ellos mismos y aunque la tarta de queso es una opción junto a un flan, por ejemplo, no os esperéis un cheese cake tradicional o un flan de huevo simple. Unas raciones en su justa medida que no llegan a saturar.
Otra de las alternativas son las siempre bienvenidas sugerencias del chef que podéis encontrar cuando Manel ha encontrado aquel producto que no ha podido dejar pasar. No dudéis dejaros seducir por ellas. Sabéis que soy muy partidaria y pienso que siempre deben siempre aprovecharse.
Pero no solo eso, sino que también honra al guiso. De hecho, en Tapas y Cía vemos que cada día ofrecen uno diferente, de lunes a jueves, en su llamado "Club del Guiso". Platos tradicionales como escudella o fricando tienen su día para ser disfrutados.
De Manel podemos decir poca cosa, no es alguien demasiado mediático. Más bien lo contrario. Su pasión es la cocina y allí es donde se relaja y se explaya por suerte para nosotros. Agradece a sus padres haber acabado entre los fogones y, como buen castellonense, el arroz no puede faltar en su catálogo, ofreciéndolo de diferentes formas. Por algo la paella es su plato favorito. Eso sí, la auténtica, la de Castelló, la "feta al camp amb els amics" tal y como él mismo nos confiesa. En la sala, la experiencia también está presente con Eugeni Escola, de reciente incorporación. Su paso por sitios como Coure y Bar Bas le ha permitido coger el aplomo suficiente para dirigir este comedor. Un tándem equilibrado.
Tapas y Cía es un local nuevo que tiene la ventaja del aplomo que da una experiencia adquirida en sus otros restaurantes, que siguen su evolución como el caso de la Taverna del Suculent. Si sois usuarios de las redes habréis visto en su instagram que desde hace unas semanas algo ha cambiado y el nombre de Sol y Sombra aparece en sus mensajes.
Se trata de un cambio, sigue siendo la taberna, pero en cierta manera recuperan justo ese concepto, sobre todo por el día, con el que tienden a la tasca más auténtica donde disfrutar de tapas en su mayoría frías, pensando en un buen aperitivo de calidad de los que se alargan y convierten en comida. En cambio por la noche, llega la "sombra" y practican otra recuperación: la de la coctelería más clásica. Los combinados, los uniformes y los "galones" son los que podremos encontrar cuando oscurece.
La Taverna evoluciona, pero no desaparece. Tapas y Cía nace y posiblemente en breve será toda una referencia en el barrio, tanto para los que están de paso como para los barceloneses que ya han conocido su oferta. Tenedlo muy presente, aunque presiento que en breve no será necesario porque el boca a boca hará la función de recordatorio.
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