Tarde llega la bebida fresca del rocío,
y tu beso llega tarde, justo al alba;y tarde, muy tarde vienen
a posarse los jilgueros inquietos
en el blanco alfeizar de mi ventana...
de aroma a brasas;tarde, mi vida reparas en mi sino,
tras de los desastres que preludia el alba...
Y a la hora justa de la marcha,
aprieta tu abrazoel hueco mismo de mi estampa;
y es justo a la hora de partir
que sin tiempo de gozar ni sufrir,
se asoma el colibrí de la felicidad
al resquicio mismo de mi ventana.