No quería perderme la presencia de nuestra orquesta asturiana, representación de nuestra cultura en este segundo concierto, esta vez con dos obras de un Strauss con el que Milanov se siente muy a gusto. Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel, poema sinfónico op. 28 presentaron una orquesta muy reforzada que nos ofreció un juguetón más que travieso Till, más sal gorda que maldon porque "amarrar" el poderío de una sección de metales se hace difícil y las exigencias para la cuerda se multiplican. Con todo Milanov pareció disfrutar con esta descarga sonora más atento a matizar que a sonsacar las melodías o dar entradas (alguna falsa), especialmente la que hace de motor de la obra. Tanto las trompas que están en un momento perfecto de ensamblaje como todo el metal y el entendimiento con nuestra madera siguen siendo de primera y esta fue la que marcó la intención de este grandioso poema sinfónico.
No quería perderme la presencia de nuestra orquesta asturiana, representación de nuestra cultura en este segundo concierto, esta vez con dos obras de un Strauss con el que Milanov se siente muy a gusto. Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel, poema sinfónico op. 28 presentaron una orquesta muy reforzada que nos ofreció un juguetón más que travieso Till, más sal gorda que maldon porque "amarrar" el poderío de una sección de metales se hace difícil y las exigencias para la cuerda se multiplican. Con todo Milanov pareció disfrutar con esta descarga sonora más atento a matizar que a sonsacar las melodías o dar entradas (alguna falsa), especialmente la que hace de motor de la obra. Tanto las trompas que están en un momento perfecto de ensamblaje como todo el metal y el entendimiento con nuestra madera siguen siendo de primera y esta fue la que marcó la intención de este grandioso poema sinfónico.