Camaradas,
Durante la tarde de hoy el Führer ha decidido invitar a su círculo más íntimo de amistades a tomar el té en sus habitaciones privadas de la Cancillería del Reich. La reunión ha tenido lugar a las 16:00 horas, y a ella han asistido, además de amigos personales del Führer, los principales miembros del Partido Nacional Socialista y máximos dirigentes del Reich presentes en Berlín.
El Führer, de muy buen humor tras el discurso de ayer y hallarse al fin en estado de guerra contra los Estados Unidos de Norteamérica, su archienemigo capitalista con el que vuelve a verse las caras tras haber logrado derrotarlo con sus mismas armas en el Parlamento Alemán, se ha pasado la tarde contando chascarrillos. Al hilarante relato de su encuentro con el emisario estadounidense Sumner Welles del año pasado le han seguido las anécdotas que se produjeron con Daladier y Chamberlain durante las conferencias de Munich de 1938. Después, el Führer les ha regalado a los presentes toda una colección de chistes verdes de trinchera que aprendió en los campos de batalla de Ypres durante la Gran Guerra. Excitados por la teína de las infusiones y el azúcar de las pastas, los dirigentes Nacional Socialistas han respondido a los chistes del Führer con escandalosas carcajadas. Algunos de ellos se han animado y han echado mano de su propio repertorio. Al parecer, los chistes del SS Reichsführer Heinrich Himmler acerca de Herr Müller (el Jaimito alemán) han resultado especialmente ingeniosos.
Después, a Martin Bormann se le ha ocurrido aprovechar la amplitud del espacio disponible en la Cancillería para organizar un juego del escondite. La mayoría de los dirigentes del NSDAP, muchos de los cuales ya han tenido ocasión de disfrutar de los divertidísimos juegos que suele organizar el Führer en el Berghof, se han mostrado entusiasmados ante la idea. Tan sólo Hermann Göring ha puesto cara de circunstancias, sabedor de que las grandes dimensiones de su trasero no permiten esconderse con facilidad entre el mobiliario de la Cancillería. A pesar de la oposición del Reichsmarschall con el que se ha solidarizado Joseph Goebbels, cuya malformación congénita en el pie le hace quedar siempre rezagado con el resto de sus camaradas, el Führer ha terminado por aplicar el Führerprinzip y, para alborozo de casi todos, la partida ha comenzado.
El resultado del juego ha sido inconcluyente. Von Ribbentrop ha declarado haber sido él quien ha descubierto a más nazis escondidos, pero Albert Speer le ha hecho notar que le ha estado observando desde su escondrijo y que ha hecho trampas durante la cuenta hasta cien, habiéndola hecho demasiado rápido y oteado por el rabillo del ojo para ver dónde se escondían sus camaradas. Al final, y a la vista de que no se iba a lograr alcanzar ningún consenso, todos han estado de acuerdo en que el ganador del juego ha sido el Führer, a pesar de que durante su turno de juego sólo ha logrado encontrar a Himmler, y le han impuesto un clip adornado con el águila imperial del Reich a modo de medalla, que el Führer ha aceptado con humildad.
Después de una actividad tan agotadora, a eso de las 19:00 horas de la tarde Fraulein Eva Braun les ha traído a los asistentes un energético refectorio consistente en galletitas artesanas y emparedados vegetales de los que han dado buena cuenta. Göring se ha abierto paso a codazos entre sus camaradas y ha engullido los sándwiches a dos manos. Joseph Goebbels, que había apoyado a Göring en su oposición al juego del escondite, se ha sentido traicionado y se ha echado a llorar desconsoladamente, pero unas palmaditas en la espalda por parte del Führer le han hecho recobrar la compostura. Fraulein Eva Braun le ha traído un emparedado especial con atún y Goebbels ha terminado por recuperar el buen humor.
Finalmente, después de los pertinentes saludos y reverencias, loas a Alemania, al Nacional Socialismo, a la Wehrmacht y a la victoria final, los asistentes han abandonado la Cancillería y se han dirigido a sus respectivos hogares con un excelente regusto en el paladar.
La otra visión de la reunión.
Lo que se acaba de relatar es lo que realmente ha sucedido hoy en el interior de los muros de la Cancillería del Reich en Berlín. Ahora bien, según ciertas lenguas viperinas, durante la reunión que ha celebrado hoy el Führer en sus aposentos privados ha tenido lugar algo muy distinto: se ha hablado nada más ni nada menos que de la Solución Final, el exterminio de los judíos de Europa que en opinión de ciertos círculos reaccionarios, tan proclives a tergiversar sus palabras, el Führer ya había vaticinado en un discurso que pronunció el 30 de enero de 1939, sexto aniversario de su ascensión al poder:
Si el mundo de la judería financiera internacional, tanto dentro como fuera de Europa, tuvieran éxito en sumergir a las naciones en otra guerra mundial, el resultado no será la bolchevización del mundo y por lo tanto la victoria del judaísmo. El resultado será el exterminio de la raza judía en Europa.
Al haber tenido lugar en las estancias privadas del Führer en lugar de en su despacho, no ha existido un registro oficial de la reunión, algo que suele ser habitual cuando el Führer quiere mantener en la intimidad sus inocentes jaranas. Sin embargo, las malas lenguas se han aprovechado de esta circunstancia para inventarse toda clase de disparates respecto al objeto de la reunión, atreviéndose a manipular incluso las declaraciones del bueno de Joseph Goebbels, que tan encontradas sensaciones ha padecido hoy. Según esas mentes retorcidas y manipuladoras, Goebbels ha escrito en su diario las siguientes líneas acerca de lo que el Führer ha hablado en la conferencia privada del 12 de diciembre de 1941:
Respecto a la cuestión judía, el Führer está decidido a limpiar la mesa. Ya advirtió a los judíos que si se convertían en la causa de otra guerra mundial, ello les llevaría a su propia destrucción. Aquellas no fueron palabras vacías. Ahora ha llegado la guerra mundial. La destrucción de los judíos debe ser su consecuencia inmediata. Esta cuestión debe tratarse sin sentimentalismos. No estamos aquí para sentir simpatía hacia los judíos, sino hacia nuestro Pueblo Alemán. Si el Pueblo Alemán ha sacrificado 160.000 muertos en la campaña oriental, del mismo modo los autores de este sangriento conflicto tendrán que pagarlo con sus vidas.
Del mismo modo, esos mismos conspiradores y calumniadores han atribuido a Heinrich Himmler, que tan buenos chistes ha regalado a los asistentes, la siguiente entrada en su diario de trabajo –Dienstkalender-:
16:00: Reunión de Reichsleiter y Gauleiter en el apartamento del Führer. Durante la reunión, Hitler ha anunciado el exterminio de los judíos europeos para cumplir su profecía en el caso de otra guerra mundial.
Los lectores de este foro, no obstante, ya saben cuál es la realidad de lo que ha sucedido esta tarde en la Cancillería del Reich en Berlín. El Führer no ha hablado del exterminio de los judíos de Europa, de la Solución Final ni de nada por el estilo. El Führer simplemente se ha limitado a pasar una divertida y tontorrona tarde de té, chistes, juegos y merienda en compañía de sus amigos Nacional Socialistas.
Es lebe Adolf Hitler!Es lebe Deutschland!