«Tengo dos corazones, uno alemán y otro turco». El centrocampista alemán, hijo de migrantes turcos nacido en 1988 en Gelsenkirchen, en el Estado de Renania del Norte-Westfalia, anunció el domingo a través de Twitter su renuncia a jugar con la selección alemana porque se considera atacado debido a su origen migratorio. Con la marcha del número 10 de la selección, que desde 2013 juega para el Arsenal en Londres, la selección germana de fútbol pierde a uno de sus futbolistas más brillantes. Gracias a él, Alemania pudo consagrarse como campeona en 2014. Sigue leyendo en La Razón.