Nos ha pasado ya alguna que otra vez. De repente, por pura casualidad, nos hemos topado con una receta exquisita, de las que te sorprenden de verdad por que nunca te habrías imaginado que pudiera estar tan rica. Empiezas con una idea, le das un giro de 180 grados de repente y te aparece una tarta de la que te comerías a cucharadas hasta la última miga tú solita. O al menos es lo que pensé cuando probé el primer trozo (menos mal que había invitados jeje).
Con la tarta para celebrar el cumpleaños del cocinillas con la familia dimos muchas vueltas. No nos decidíamos si probar una nueva o recurrir a las de siempre. Miré 20 mil recetas, se pasaron los días y al final, más por cansancio que por otra cosa, un par de días antes decidimos volver a preparar el bizcocho de chocolate relleno de compota de manzana.
Fuimos a comprar los ingredientes y, como las manzanas no nos convencían, el cocinillas decidió que iba a ser mejor rellenar la tarta con crema pastelera... Peeeero, a él que le encanta innovar con las recetas, entró en la cocina para preparar una crema pastelera siguiendo las indicaciones de Javi Recetas, y acabó preparando una crema de canela.
Yo, os lo confieso ahora que no me lee, me asusté un poco pensando que tanta innovación a lo mejor no iba a funcionar... Además, íbamos a probar un nuevo chocolate que descubrimos en el supermercado de la marca Lindt para postres con un ¡70% de cacao! (nada más abrir el paquete casi me da algo ¡tiene un olor espectacular! Os recomiendo que lo probéis por que está riquísimo). Vamos, que a mi probar tantas cosas nuevas cuando vienen invitados a casa no me gusta mucho...
Pero cuando probé la primera cucharada casi me da algo... El bizcocho con la leche queda mucho más ligero y esponjoso que con el yogur, así que no era nada pesado. La crema le daba un toque a canela buenísimo y tenía el azúcar justo para quitarle el amargor del chocolate pero sin perder ni una pizca de su sabor... En ese momento entró directamente en mi "Top 5" de tartas preferidas, no os digo más... jaja.
Así que si os atrevéis a probarla, estáis avisados ;).
Ingredientes para el bizcocho y la cobertura (para 12-14 personas)
- 1 vasito de leche (125 ml.)
- 1 de aceite de oliva
- 2 vasitos de azúcar
- 3 vasitos de harina
- 3 huevos
- 1 sobre de levadura
- 200 gr. de chocolate negro 70% cacao
- 100 ml. de nata espesa (aprox.)
- Cacao en polvo
Ingredientes para la crema
- 1/2 litro de leche
- 4 yemas de huevo
- 120 gramos de azúcar
- 50 gramos de maicena
- 1/2 cucharada de canela
- 10 gotas de aroma de vainilla
Pon a precalentar el horno 180ºC.
Mezcla poco a poco todos los ingredientes en un recipiente y bátelos hasta obtener una masa líquida y uniforme.
Recubre el molde con margarina o mantequilla y espolvorea un poco de harina hasta que quede todo cubierto (bordes interiores incluidos) y vierte dentro la masa.
Mételo en el horno unos 45 minutos, hasta que veas que está dorado. Puedes comprobar si está bien hecho pinchándolo con un palillo de madera, si sale limpio es que ya está bien cocido, pero no hagas esto hasta que haya pasado una media hora como mínimo ya que se podría bajar.
Una vez hecho deja el molde sobre una rejilla unos 15 minutos, desmóldalo con cuidado y deja que el bizcocho se enfríe por completo sobre la rejilla.
Una vez que está completamente frío, envuélvelo con papel film y déjalo reposar en el frigorífico toda la noche.
Preparación de la crema de canela
Reserva medio vaso de leche en el frigorífico y pon el resto en un cazo a fuego medio junto con las gotas de vainilla y la canela.
Antes de que empiece a hervir retira el cazo del fuego, tápalo con un plato y déjalo reposar una media hora para que se mezclen los ingredientes.
Pasado este tiempo, vuelve a poner el cazo con la leche a fuego lento.
En un bol bate las yemas y el azúcar y hasta que te quede una mezcla homogénea y reserva.
Disuelve la maicena en el vaso que habías reservado en el frigorífico y añádela a la leche poco a poco y sin dejar de remover para que no se creen grumos. Sigue removiendo hasta que comience a hervir y retira el cazo del fuego.
Añade la mezcla de huevos y azúcar poco a poco mientras remueves con rapidez para que el huevo no se cuaje. Vuelve a poner el cazo a fuego lento sin dejar de remover hasta que la crema se espese bien.
Retira del fuego, tápala con un trapo para que no se cree una costra y deja enfriar.
Una vez que se haya enfriado la crema del relleno corta el bizcocho por la mitad o en tres capas con un cortador o cuchillo.
Coloca la base del bizcocho sobre la bandeja o el stand donde lo vayas a servir, tapándolo con trozos de papel para hornear.
Añade sobre el primer bizcocho una buena capa de crema cubriendo toda la superficie y tápalo con el otro bizcocho.
Si lo has dividido en tres como yo, vuelve a extender otra capa de crema y cúbrelo con el último bizcocho. Recolocalos para que quede el pastel recto y con la ayuda de un pincel retira las migas que hayan podido quedar.
Cubre toda la tarta con este chocolate y déjalo reposar en el frigorífico unos 20 minutos.
Vuelve a deshacer la misma cantidad de chocolate, dale una segunda capa a la tarta y déjala reposar unos 10 minutos más.
Para decorarla puedes espolvorear un poco de cacao por encima ¡y lista!