Yo, como buena golosa, soy fan enfervorizada del chocolate, pero no en tableta, ni en elegantes bombones o políticamente correctas versiones 70% : soy fan del cacao dulce, lascivo y engordante. Y hoy os traigo un buen ejemplo de ello, tierno y húmedo bizcocho de chocolate, con fresas, nata, queso y una decadente crema de trufa. Slurp.
Aunque nunca conseguiré sus acabados perfectos ni sus multicapas de colores, me consuelo con sus excelsas recetas, altamente perjudiciales para la línea. En busca del pastel de chocolate definitivo descubrió esta receta que os dejo hoy, que yo también considero la reina de los postres hiperchocolateados. La adapté a mi chapucera manera, porque como se puede ver, mi pastel no se parece en nada al suyo...
¡Y tampoco ahora he encendido el horno! ¡Esta tarta la hice hace mes y medio!
Tarta de chocolate y fresa:Dificultad, así de primeras:principiantes. Probabilidad de complicaciones: cortarte el dedo al partir el bizcocho. Presentación:preciosa. Sabor: a vicio. Recetas de inspiración: I am baker
Ingredientes para el bizcocho, 20 cm de diámetro y 3 pisos de altura:
175 gr. o 1 3/4 tazas de harina380 gr. o 2 tazas de azúcar85 gr. o 3/4 de taza de cacao puro en polvo2 cucharaditas (de postre) de bicarbonato1 cucharadita de polvos de hornear (Royal)1 cucharadita de sal240 ml. o 1 taza de buttermilk (o la misma cantidad de leche con una cucharada de vinagre o zumo de limón, a temperatura ambiente durante 15 min. hasta que se corte)
120 ml. o 1/2 taza de aceite de girasol2 huevos grandes a temperatura ambiente1 cucharadita de esencia de vainilla240 ml. o 1 taza de café reciente
Preparación:En un bol, mezclamos los ingredientes secos tamizados: harina, azúcar, cacao, bicarbonato, levadura y sal. Revolver hasta integrar unos con otros.
Precalentar el horno a 180 grados y preparar el molde engrasándolo. Puede ser redondo, cuadrado, desmontable, también podéis hacer cupcakes...
En otro recipiente, batir los ingredientes húmedos: el buttermilk, el aceite, los huevos y la vainilla. Batir Hay que añadir esta mezcla a la de los ingredientes secos, batiendo suavemente. Agregar finalmente la taza de café caliente y batir para homogeneizar la masa, que quedará bastante líquida.
Rápidamente para que no empiecen a funcionar los gasificantes antes de tiempo, llenamos el molde y lo metemos en el horno, dejándolo entre 35 y 45 minutos. A partir de la media hora podéis meter una brocheta larga en el centro del pastel para comprobar si sale limpia, y tapar la parte superior con un papel albal para que no se queme.
AVISO: sube muchísimo, es genial para hacer pisos pero si no tenéis un molde alto tendréis que forrarlo con papel de horno asomando hacia arriba para que la masa no se desborde y siga creciendo.
Como podéis ver aquí, el bizcocho queda aireado, esponjoso y de color muy oscuro!
Hasta aquí la base académica de la tarta, desde este momento sois libres de rellenarla de lo que queráis, adornarla como os dé la gana, etc...
Como tenía a mano fresas de temporada, yo ideé una especie de relleno con nata montada, queso mascarpone para darle consistencia y que no desapareciera por el peso del bizcocho, y azúcar. A esta crema le añadí fresas picadas. Todo esto a ojo de buen cubero, claro.
Nata montada, azúcar, fresas y mascarpone |
Almíbar de fresa |
El bizcocho lo corté con la lira en 3 pisos, y los emborraché con almíbar de fresa (mermelada de fresa aligerada con agua al fuego). Recordad que para que no se salga el relleno, el almíbar no tiene que llegar al borde exterior del bizcocho.
La parte exterior de la tarta iba recubierta de una trufa o ganaché de chocolate, cuya preparación ya os he explicado en otra ocasión. Es muy importante batir la ganaché ya mezclada y refrigerada, para que se monte la parte de nata y quede en vez de una crema dura, una mousse suave y fundente.