INGREDIENTES: Para la tarta:
100 g de azúcar glas
1 cucharadita de extracto de vainilla
100 g de mantequilla temperatura ambiente
150 g de almendras laminadas
MODO DE HACER:
Encender al horno a 180ºC
La tarta:
Engrasar y enharinar un molde para bizcocho de (yo he usado uno desmontable) de 26 cm de diámetro.
Poner los huevos con el azúcar en un bol y con la batidora con las varillas puestas (las de levantar las claras a punto de nieve) se baten durante 4 minutos para que esponjen. Si se puede deberá ponerse el bol dentro de un cazo con agua caliente de tal forma que todo el proceso de batido de los huevos con el azúcar se haga con el bol dentro del agua y, por lo tanto en caliente (sobre 40ºC).
Una vez que dado ese paso se añaden a los huevos el aceite, la leche y el extracto de vainilla y se remueve durante unos segundos para homogeneizar la mezcla. Por otro lado se mezcla la harina tamizada, la levadura y la sal. Se añade esto a la mezcla de huevos, aceite y leche y se envuelve todo con una espátula.
Esta mezcla se pone en el molde reservado, engrasado previamente.
Se pelan las manzanas, se les quita el corazón y se parten en láminas. Estas láminas se colocan sobre la masa anterior apretando un poco para que se claven en la masa.
Se mete al horno precalentado a 180º durante 25-30 minutos.
Mientras tanto se prepara el crujiente:
Se bate el huevo y se le incorpora el azúcar y el extracto de vainilla. La mezcla se bate con la batidora con las varillas durante un minuto aproximadamente, pasado el cual se le añade la mantequilla muy blandita cortada en daditos y se sigue batiendo durante otro par de minutos.
Una vez homogeneizada la mezcla se le añaden las almendras laminadas que se incorporan con una lengua con movimientos muy suaves para que no se rompan.
Pasada la media hora sacamos el molde del horno y vertemos la mezcla de las almendras sobre el bizcocho horneado, se cubre completamente y con una espátula se distribuye bien por la superficie. Se vuelve a meter al horno durante 10 o 15 min.
En este punto, yo lo que hice fue ponerlo en la bandeja de arriba para que se doraran las almendras y quedaran más crujientes.
Por último, y aunque no venía en la receta, yo hice un baño de almíbar con 150 g de agua y 150 g de azúcar en un cazo y cuando saqué el pastel del horno lo napé con esta mezcla, con eso conseguí que quedara una superficie brillante.
Como ya he dicho al principio quedó muy rico y muy jugoso, y la prueba que no quedaron ni las migas...
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