1 lámina de masa quebrada
700 gr. de sandía
500 ml. de nata para montar (33% de materia grasa)
125 gr. de azúcar glas
12 láminas de gelatina neutra (20 gr.)
Garbanzos secos
Elaboración:
Desenrollar la lámina de masa quebrada y pincharla con un tenedor para que no "suba". Disponer la masa quebrada en un molde para tartas forrado con papel vegetal para horno. Se puede aprovechar el que acompaña a la masa quebrada (esto ayudará a desmoldar la tarta una vez acabada). Poner otro papel vegetal sobre la masa quebrada y volcar los garbanzos secos. Hornear a 160 grados con ventilador hasta que la masa quebrada esté dorada. Así obtendremos la masa quebrada en forma de tarta, listo para rellenar. A esta forma de hornear la masa se le llama "hornear en blanco".
Mientras se enfría la base preparar la mousse de sandía: Sumergir las hojas de gelatina en un bol con agua fría para que se ablanden. Despepitar y cortar la sandía en trozos pequeños y triturar con la batidora eléctrica hasta obtener un puré. Montar la nata junto con el azúcar glas. Añadir el puré de sandía y la gelatina escurrida a la nata montada y mezclar con movimientos envolventes hasta que todos los ingredientes se hayan integrado. Volcar la mousse de sandía en la base de masa quebrada e introducir en el frigorífico hasta que se solidifique (mejor de un día para otro). Desmoldar con cuidado. Servir.