Como bien sabéis ahora no tengo mucho tiempo para cocinar. Con dos pequeñiñas en casa, y una de ellas recién nacida, las 24 horas del día no dan para mucho teniendo en cuenta que el sueño está presente muy a menudo en las hora diurnas. No obstante es tan sencilla de preparar esta receta y tiene tan pocos ingredientes que se prepara en un abrir y cerrar de ojos. Si he podido prepararla yo con cero minutos libres al día tu también puedes.
La tarta que nos proponía Beatriz en su blog fue la elegida, la tenía en lista de pendientes desde que la vi y en cuanto he podido me ha lanzado a hacerla. Ahora solo me queda ir a San Sebastián (que me pilla tan cerquita) para probar la auténtica y poder comparar en sabores. No sé cual estará más rica porque la que hoy os propongo está de quitarse el sombrero.
- 1/2 kilo de queso de untar.- 250 ml de nata líquida.- 3 huevos.- 175 grms de azúcar.- 1/2 cucharada de harina.- Mermelada Rapsodia de arándanos silvestres de St. Dalfour, al gusto.
Preparación:
En un cuenco grande y con ayuda de la batidora, batiremos todos los ingredientes salvo la mermelada de arándanos. Posteriormente engrasaremos un molde redondo desmoldable (yo use uno de 20cm). Verteremos la mezcla y hornearemos a 200º durante 50 minutos, horno precalentado con calor arriba y abajo. Comprobaremos que está hecha pinchando con un palito de brocheta y este salga limpio. Nos saldrá del horno bastante hinchado pero perderá volumen a los pocos minutos de haberlo sacado. Dejar reposar en el molde hasta que se enfríe desmoldar y conservar en la nevera. Está mejor de un día para otro. Cuando lo vayamos a servir lo cubriremos con la mermelada de arándanos.