En cuanto vi la tarta de queso en el blog de Cris no dudé ni un instante en hacerla y el resultado, como siempre viniendo de ella, de 10. La he reversionado un poquito y la he hecho en vasos individuales (otra manía, obsesión o llámalo como quieras, que tengo). Dosis individuales donde nadie riñe ni se enfada por el trozo más grande o más pequeño, tu vasito es tuyo y de nadie más.
No obstante os recomiendo que antes de que esto ocurra os animéis a preparar esta rica receta o cualquiera de las que os he propuesto cuyo ingrediente principal es esta rica fruta, la fresa. Mil y una variantes con un mismo ingrediente.
Para el relleno:
- 300 grms de queso crema (queso de untar).
- 100 ml de nata.
- 75 grms de azúcar.
- 2 huevos pequeños.
Para las espirales de fresa:
- 100 grms de fresas.
- 20 grms de azúcar.
Preparación:
Lo primero de todo será precalentar el horno y para ello lo encenderemos a 180º y colocaremos en su interior un recipiente con agua. Trituraremos las fresas con el azúcar y las pondremos en un cazo al fuego. Dejaremos hervir unos 8-10 minutos hasta que espesen ligeramente. Retiramos del fuego y reservaremos. Mezclaremos el queso de untar con el azúcar, cuando esté bien integrado añadiremos la nata, mezclaremos de nuevo y agregaremos los huevos de uno en uno. Toda esta operación hay que hacerla sin batir, esto es muy importante ya que si añadimos aire a la mezcla, hará que la tarta en el horno suba y se agriete. Es importante que solo mezclemos lo justo para que los ingredientes se integren. Una vez el relleno listo, lo verteremos en los vasitos de presentación. Con ayuda de una cucharilla o de un biberón dejaremos caer gotas sobre el relleno y con ayuda de un palillo o brocheta formaremos las espirales. Llevaremos los vasitos al horno, colocando estos en el interior del recipiente con agua. Pasado los primeros 15 minutos bajamos el fuego a 110º y dejamos cocer la tarta 1 hora. Dejaremos enfriar por completo en el interior del horno. Retiraremos y meteremos en la nevera unas cuantas horas.