A mi me picó la curiosidad por que nunca había conocido a alguien que tuviera unos viñedos con D.O., así que le preguntamos un poquito por su historia, que nunca está de más aprender un poquito más sobre estas cosas ¿verdad?
Las uvas provienen de una raza italiana que la consiguió un amigo de su padre y que llevan nada más y nada menos que 50 años conservando esa especie a través del trasplante de esquejes año tras año. Si alguna vez pedís algún vino con la D.O. Mentrida ¡puede que las haya cultivado él! pero tened cuidadín por que las características de la zona, con tierras entre secano y áridas y muy soleadas, producen unos vinos con una alta graduación, entre 11 y 14 grados. Ahora, como estén tan ricos como las uvas que probamos nosotros, vais a disfrutar de lo lindo ;).
Y las uvas que veis en las fotos son de mesa porque son especialmente dulces, tienen mucho zumo y tienen poco grano, lo que las hace muy finas para comer directamente. Aunque nos comentó que hay agricultores que de esa uva también extraen vino.
Antes de acabar queremos dar las gracias a la compi de mi cocinillas por habernos dado la oportunidad de probarlas y dejaros este enlace por si queréis saber un poquito más sobre la Denominación de Origen Mentrida.
Ingredientes (para un molde de 18-20 cm.)
- 75 gr. de galletas hojaldradas
- 75 gr. de galletas estilo digestive
- 60 gr. de margarina (o mantequilla)
- 500 gr. de queso de untar estilo philadephia
- 250 gr. de chocolate blanco
- 250 ml. de leche
- 40 gr. de azúcar
- 1 sobre de cuajada
- 2 racimos de uvas (se me olvidó pesarlas!!)
- 1/2 sobre de gelatina en polvo
- 100 ml. de agua
- 100 gr. de azúcar
- 120 ml. de zumo de uvas
Tritura todas las galletas hasta que parezca pan rallado. Yo usé una mezcla de galletas tipo digestive siguiendo la receta original, y de galletas hojaldradas que van muy bien para este tipo de tartas, son más gruesas y se deshacen fácilmente. Os dejo una foto para que veáis la diferencia entre las hojaldradas y las normales:
Añade la miga de galleta al molde, repártela de manera que cubra todo el fondo y aprieta un poco con los dedos para que se compacte. Reserva en el frigorífico.
Para preparar la crema de queso necesitarás un cazo para añadir la leche, el chocolate blanco cortado en trozos, el queso de untar, el sobre de cuajada y el azúcar. Ponlo a fuego medio y sin dejar de remover, sobre todo para que se deshaga bien el chocolate blanco, lleva hasta el punto de ebullición y retira del fuego. Saca del frigorífico el molde con la base de galletas y vierte encima con mucho cuidado la crema de queso.
Pasado ese tiempo puedes comenzar a preparar la gelatina.
Con la ayuda de un colador y un mortero tritura algunas uvas hasta conseguir 120 ml. de zumo y reserva. En un vasito pon un par de dedos de agua, añade medio sobre de gelatina en polvo y remueve. Reserva.
Ahora necesitarás poner un cazo a fuego medio, añade los 100 ml. de agua y 100 gr. de azúcar y deja que hierva unos 10 minutos hasta conseguir un almíbar suave. Añade la gelatina que tenías reservada, remueve, añade el zumo de las uvas y sigue removiendo para que se mezcle todo bien. Retira del fuego y deja que se temple.
Saca la tarta del frigorífico y vierte por encima la gelatina templada con la ayuda de una cuchara sopera. Una vez esté cubiertas todas las uvas vuelve a meterla en el frigorífico varias horas (yo la dejé unas 4 horas).
Servir fría y en porciones no muy grandes ya que llena bastante.
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