Da gusto cuando la gente vuelve a confiar en ti. Que te llamen o te envíen un email diciéndote “soy X, no sé si te acordarás de mí, el año pasado me hiciste una tarta de…”. Me acuerdo de todas. Quizás no recuerdo exactamente el nombre de la persona, pero recuerdo todas las tartas, porque para mí, y espero que por supuesto, para la persona a la que van dedicadas, son únicas.
En estos días han sido varias personas las que me han dicho la frase de arriba y eso me hace súper feliz! Porque un año más, confían en mí.
Este es el caso de la tarta que os enseño hoy, una tarta de Doraemon para Jorge. El año pasado a Jorge le preparé una tarta con forma de campo de fútbol, os acordáis? Me acordaba especialmente de esta tarta porque era muy grande, porque no sabía cómo me iba a quedar (nunca había hecho un campo de fútbol!) y porque al entregarla casi me ponen una multa (cosas que pasan…), aunque finalmente el policía se apiadó de mí…
Este año el reto era hacer una tarta de Doraemon, sus dibujos favoritos, y de nuevo, el pánico me invadió porque no tenía ni idea de quién era Doraemon! Mi peque no pasa de Peppa Pig y Todo es Rosie, Bob Esponja, como mucho…
Pero creo que, al final, el resultado estuvo bien, quedó una tarta chula. A la mamá de Jorge le gustó mucho, así que espero que a Jorge también! Desde luego a Iker le encantó! Pobrecico, siempre le tengo que decir: “No, Iker, esta tarta no es para ti, es para otro niño…”. Y siempre me pone la misma carita: “Ohhh…”.
Besos!