El otro día me llama mi cuñada:
(Mentalmente repaso como las balas lo que yo tenía planeado para el finde)
-Pues mira sí, ¿de qué la queréis? (menudas preguntas hago, porque la respuesta ya la sabía, pero vaya, por afinar el tiro...jajajaja)
-De CHOCOLATE.
-Aja...pero...¿alguna indicación más?
-Uy ninguna, yo me fío de lo que nos hagas...
-(Mola) Pues nada, ¡para el sábado por la mañana la tienes!
Como conozco a los comensales, contaba además con otras pistas (no pronunciadas): que el chocolate fuese "con leche" y que pudiese ser una tarta de las que se meten un par de horas antes en el congelador para consumirla semifría.
El éxito fue rotundo. Según los invitados: una tarta de 10.Creo que una de las mejores cosas que tiene la cocina es esto, el reconocimiento y la felicidad del personal al saborear lo que haces...¿verdad?
Desde luego, probé la crema para comprobar el punto justo de azúcar y estaba francamente espectacular...Está muy feo que lo diga yo, pero qué queréis que os diga...¡¡¡es que es la verdad!!!
La tarta lleva un fino bizcocho de base, una mousse muy cremosa y nada empalagosa, coronada por una cobertura de tres chocolates.
Ahí es nada...Ya os va apeteciendo un trozo ¿eh?
Ah bueno, y los forofos de las variantes de chocolate más puras, solamente tendréis que sustituir el chocolate con leche de la mousse por el tipo de chocolate que más os guste, por ejemplo al 70% de cacao...
¡Los aplausos los vais a conseguir igual!
Dificultad: media (sobre todo, y si es de las primeras tartas que hacéis, hay que ser un poco mañoso para la decoración de la cobertura).
Tiempo de preparación aproximado: de las que se hacen de un día para otro. El día anterior a cuando la vayamos a consumir preparamos el bizcocho y la mousse. Dejamos que cuaje, mejor de un día para otro, y como mínimo 2 horas antes de consumirla preparamos la cobertura, ya que también necesita un tiempo para que se solidifique y así poder desmoldar la tarta sin problema.
Raciones: 14-16
Molde: desmoldable de 23 cm. + otro un poco más grande para hornear la base de bizcocho.
INGREDIENTES
Para la base:
- 3 huevos "M" a temperatura ambiente
- 60 g. de harina para repostería
- 60 g. de azúcar
- 300 g. queso de untar tipo Philadelphia
- 170 g. chocolate con leche para postres
- 200 ml. leche desnatada (o semi o entera)
- 400 ml. de nata para montar
- 6 hojas de gelatina de aproximadamente 2 g. cada una
- 60 g. chocolate negro para postres
- 70 g. chocolate con leche para postres
- 30 g. de mantequilla
- 50 ml. de nata 35% mg.
- 60 g. chocolate blanco
PREPARACIÓN
De la base de bizcocho:
- Precalentamos el horno a 180º, en la posición "arriba y abajo".
- Separamos las yemas de las claras y ponemos cada cosa en un bol.
- Con las varillas eléctricas montamos las claras a punto de nieve y reservamos.
- A continuación batimos las yemas junto al azúcar un par de minutos a velocidad media-alta hasta conseguir que la masa blanquee.
- Con un tamiz incorporamos la harina y mezclamos con una varilla de mano con movimientos envolventes.
- Para finalizar incorporamos las claras y mezclamos también con suavidad para que no se nos bajen.
- Engrasamos el molde con un poco de mantequilla o aceite de girasol e introducimos en el nivel medio del horno.
- Horneamos entre 20-25 minutos (o hasta que veáis que toma un tono dorado).
- Sacamos, dejamos enfriar en el molde (en unos 10 minutos ya se habrá enfriado) y desmoldamos. Lo recortamos a la medida del plato del molde desmoldable, colocamos bien y cerramos. Y ahora preparamos la mousse.
- En un cazo ponemos el queso, el chocolate, el azúcar y la leche. Calentamos a fuego medio y vamos removiendo con una varilla de mano hasta que todos los ingredientes estén perfectamente mezclados. Bajamos el fuego al mínimo hasta que tengamos la gelatina hidratada. Pero seguimos removiendo de tanto en tanto para que no se agarre al fondo del cazo.
- En un plato hondo ponemos un poco de agua y ponemos a hidratar un par de minutos la gelatina. Una vez hidratada la escurrimos bien y la incorporamos al contenido del cazo. Removemos para que se disuelva por completo. Reservamos.
- Montamos la nata (que debe estar bien fría).
- En un bol vertemos el contenido del cazo y dejamos que esté tibio. Llegado este punto incorporamos la nata y mezclamos con movimientos envolventes para que no se nos baje.
- Vertemos en el molde (en el que ya tendremos colocada la base de bizcocho) y dejamos que cuaje en la nevera de una día para otro.
- Fundimos al baño maría el chocolate con leche, el negro, la mantequilla y la nata. A fuego medio vamos removiendo hasta que esté todo perfectamente derretido y mezclado.
- Sacamos la tarta de la nevera y esperamos unos 5 minutos para que la tarta pierda un poco de frío y el contenido del cazo pierda calor. Cuando veáis que la cobertura está tibia la vertemos sobre la tarta. Movemos un poco el molde para que se nivele bien la cobertura. Introducimos en la nevera unos 10 minutos para que tome un poco de cuerpo y podamos finalizar la decoración con el chocolate blanco.
- Mientras tenemos la tarta en la nevera, fundimos al baño maría el chocolate blanco. Dejamos unos 5 minutos que pierda calor. Introducimos en una manga pastelera con una boquilla muy fina y vamos dibujando rayas que vayan de lado a lado con una separación de unos 2 cm.
- Para finalizar cogemos un palillo, lo colocamos en un extremo y arrastramos hasta llegar al extremo opuesto. La siguiente raya tiene que ser en dirección contraria, es decir, que dejando los 2 cm. de espacio, empezaremos a rayar desde el extremo en el que hayamos acabado la otra raya...y así sucesivamente hasta hacerlas todas.
- Metemos de nuevo en la nevera y dejamos que se solidifique la cobertura entre 1 ó 2 horas. Desmoldamos y ¡listo!
Forma de consumirla: Si os gustan los tipos de tarta semifrías, sólo tendréis que introducirla en el congelador un par de horas antes de comérosla toda...