Es como una galleta Oreo gigante, así que su atractivo es indiscutible!! Fresquita es como más buena está, y con el toque de vainilla que le he dado a la tarta, el sabor es realmente delicioso. Es la tarta perfecta para lo más golosos!!
Para las tarta que llevan leche siempre he preferido la cuajada en polvo a la gelatina, ya que la textura es mucho mejor y no corremos el riesgo de que la gelatina se nos haga bola, cosa que suele pasar muy a menudo...
He usado un molde no demasiado grande, de 18 centímetros. Si queremos hacer la tarta más grande añadimos más ingredientes en proporción.
- 400 ml. nata (crema) para cocinar (ligera)
- 300 gr. de queso de untar
- 1 vaso de leche
- 2 sobres de cuajada en polvo (o en su caso, gelatina en polvo o en láminas)
- 3 paquetes de oreo
- 50 gr. mantequilla o margarina
- 50 gr. azúcar
- Un poco de raspadura de vainilla o unas gotas de esencia de vainilla
1. Separa las galletas del relleno. La parte negra de las galleta colócalas en un recipiente y machaca para hacer la base. De las galletas machacadas separa una pequeña parte (un cuarta parte más o menos) y la reserva para decorar por arriba la tarta.
4. En un cazo, añade la nata y el queso de untar. Calienta a fuego lento-medio hasta que se mezcle todo bien, una vez que sea uniforme añade el relleno de las galletas (la parte blanca) y unas gotas de esencia de vainilla o un poco de raspadura de un vaina de vainilla.
En un vaso de leche fría, disuelve los dos sobres de cuajada hasta que no queden grumos. Lleva a ebullición la nata con el queso y el relleno, y añade el vaso de leche con la cuajada.
Deja que se enfríe, y una vez fría habrá cuajado al menos la superficie. Añade las galletas trituradas que reservamos antes sobre la superficie. Metéla en la nevera mínimo 4 horas, y preferiblemente de un día para otro.