Esta semana toca un clásico de la repostería francesa. Una receta facilísima y rápida de hacer que, según cuenta la leyenda, fue fruto de un error de dos hermanas que la pifiaron de lo lindo en la cocina cocinando una tarta. Si te digo que se apellidaban Tatin, ¿te imaginas qué postre te traigo hoy? Aunque la receta original se hace con manzanas, hay muchas variantes utilizando otras frutas, así que hemos querido elegir unas peras para traerte esta TARTA TATÍN DE PERAS.
Como te comentaba antes, las hermanas Stéphanie y Caroline Tatin estaban cocinando una tarta tradicional de manzanas. Se emparraron de tal manera que las manzanas que tostaron más de la cuenta y se quedaron muy oscuras. Así que para disimular tal entuerto decidieron cubrir la tarta con masa quebrada y meterla al horno. Al darle la vuelta para servirla y probarla dejaron a todo el mundo flipao. La tarta tenía un color dorado precioso y, además, estaba de toma pan y moja. ¿Te quedas conmigo para aprender la receta? Let's get started!
INGREDIENTES (para un molde de 26 cm):
¡Atención!: La pera es una fruta que contiene mucha agua y, cuando se cocina, pierde la mitad de su volumen original. Para que la receta salga mejor es conveniente utilizar variedades de pera que tengan cuerpo y no estén muy maduras. Por ejemplo, yo he usado peras conferencia.
También puedes usar pera blanquilla o pera ercolina. Son las mejores para este tipo de tarta. Si la quieres sustituir por manzana, nada como la reineta o la golden para triunfar.ELABORACIÓN DEL RELLENO:
1. En primer lugar, vas a necesitar un molde que no sea desmontable y que se pueda llevar tanto al fuego como al horno. Si es desmoldable, al llevar caramelo líquido, se saldría por abajo. Puedes encontrar una sartén que tiene mango desmontable, así puedes cocinar en el fuego y después introducirla en el horno.
2. Pela todas las peras, pártelas en 4 y quita el corazón y las semillas. Para que no se oxiden puedes ponerles un chorrito de limón por encima.
3. Enciende el fuego y pon encima el molde con 3/4 partes del azúcar hasta que se empiece a caramelizar.
4. Cuando empiece a coger color, pon todos los gajos de pera pegados unos al lado de los otros hasta completar el recipiente entero. Hazlo rápido y con cuidado de que no se queme el caramelo, si no tendrás que volver a empezar porque la tarta sabrá a rayos. Añádele también la mantequilla cortada en daditos, una pizca de sal y el resto del azúcar por encima.
5. Deja que se vaya cocinando en el fuego poco a poco y el caramelo vaya espesándose. En este punto tendrás un olorazo a caramelo por toda la casa impresionante. Sólo por esto ya merece la pena hacer la tarta.
ELABORACIÓN DE LA MASA:
1. Pon en un bol la mantequilla, una pizca de sal, la harina y el huevo. Amasa todo con las manos.
2. Cuando tengas una masa homogénea, cúbrela con papel film y déjala reposar en el frigorífico durante 20 minutos para que se endurezca. Se trata de una masa muy mantecosa, así que no podrás trabajarla bien a menos que esté bien fría.
3. Una vez fría, pon la masa sobre una superficie enharinada. Lo mejor es hacerlo sobre un papel de horno.
4. Pon más harina por encima y estira la masa poniendo otro papel por encima. Así evitarás que se rompa. Deja enfriar nuevamente en la nevera otra media hora. Pon ahora el horno a precalentar a 180ºC para que esté listo para hornear.
5. Con cuidado de que no se rompa y cuando el relleno de peras tenga un caramelo bien dorado y algo espeso, cubre la tarta con la masa por encima y acomoda los bordes sobrantes hacia dentro. Pincha con un tenedor la superficie para que se cocine mejor.
6. Hornea durante 30-35 minutos a 180ºC o hasta que la superficie de la masa se empiece a dorar.
7. Deja enfriar bien la tarta antes de darle la vuelta para evitar que se rompa la masa. Coloca un plato grande boca abajo y voltéala. Todo el juguito del caramelo y las peras impregnará la tarta por completo.
Y ésta es la presentación final: la puedes servir templada, fría, con un poco de helado de vainilla, unas nueces, chocolate, así tal cual a palo seco... como más te guste.
La pera queda muy jugosa, en su punto perfecto, y contrasta a la perfección con el toque salado que tiene la masa. Lo mejor es tomarla templadita poco después de sacarla del horno, pero fresquita de la nevera con el calor que está haciendo últimamente tampoco es moco de pavo.
Si te ha gustado la receta, espero que la hagas en casa y me dejes un comentario dándome tu opinión o diciéndome qué tal te ha salido. Y si no te has suscrito a la Fan Page de Facebook ni te has hecho seguidor de Instagram... ¿se puede saber a qué estás esperando?
Te espero la semana que viene con la que posiblemente será la última receta antes de irnos de vacaciones el mes de agosto. La Cucharita necesita desconectar unos días para irse al spa de las cucharas y cargar las pilas.
Nos vemos la semana que viene. Gracias por estar ahí siempre.
¡Un beso!
Jon