Que conste que yo avisé.
Lo dije la semana pasada.
Dulce, dulce y más dulce es lo que váis a ver pasar por este blog en los próximos días.
Y como el que avisa no es traidor, pues aquí os dejo un conjunto de tarta y cake pops que me encargó una compañera de trabajo para llevar a la celebración conjunta de la Primera Comunión de dos sobrinos.
La tarta está preparada con una base de galleta y cubierta de chocolate blanco con queso crema.
Poco puedo aportar sobre la receta de la base que no se haya dicho ya.
La blogosfera está inundada de versiones de esta receta.
Hay tantas como personas la preparan: unos usan natillas en lugar de chocolate, otros mermelada, dulce de leche, nocilla, etc.
Yo siempre la hago con galleta mojada en una mezcla de leche y Amaretto (mmmm...le da un toque muy especial) e intercalo las capas con chocolate a la taza.
La cobertura de chocolate blanco con queso crema la preparé fundiendo 150 grs chocolate blanco con 100 ml de nata líquida en el microondas.
Para ello troceé el chocolate y lo coloqué en un cuenco junto con la nata. Lo introduje en el microondas y lo calenté a golpes de 30 segundos, removiendo entre golpe de calor y golpe de calor, hasta que no quedaron trozos de chocolate. Dejé que se atemperara la mezcla antes de añadir una tarrina de queso crema (tipo Philadelphia) y remover con energía para que se incorporaran todos los ingredientes y no quedaran grumos.
Por último, la dejé reposar en la nevera 24 horas para que tomara consistencia antes de utilizarla como cobertura.
Las flores, tanto las de la tarta como las de los cake pops, las preparé con masa de pasta de goma que dividí en tres trozos: uno lo teñí de verde, otro de naranja y el tercero lo dejé blanco. Corté margaritas y sus centros de los tres colores para que, al combinarlos entre sí, aportara más variedad de colorido al conjunto.
Los cake pops los presenté pinchados en un corcho camuflado dentro de un cestillo rectangular y cubierto de papel de seda. Utilicé pinchos de brocheta cortados en diferentes largos para que quedaran en diferentes alturas y se vieran todos.
El cestillo quedó envuelto en papel celofán transparente cerrado por unos cordones de rafia.
Lamentablemente no tengo ninguna foto de cómo quedó pero os podéis hacer una idea si pincháis aquí, en estos otros cake pops, porque el resultado era practicamente el mismo.
Espero que os haya gustado y que la entrada de hoy os endulce el día.