'Tartufo o el impostor', de Moliére

Por Airin

Jean-Baptiste Poquelin (1622- 1673), más conocido como Moliére, es el encargado de crear esta divertida e irónica obra. Dramaturgo y actor francés, es uno de los autores más representados hasta la actualidad. A Moliére se le conoce principalmente por la crítica abierta hacia los impostores, falsos devotos, el cinismo burgués o la mentira de falsos médicos.

Es considerado el padre de la comedia francesa y fue el favorito de Luis XIV. Su gran talento para el teatro le permitió tanto escribir las obras como dirigirlas o interpretarlas.

Algunas de las obras más famosa de Moliére son 'El avaro', donde nos muestra hasta que punto el dinero puede influir en la vida de quien teme por su vida. También nos encontramos con 'El misántropo', quien su protagonista se ha jurado ser franco y sincero y no seguir los convencionalismos hipócritas de la sociedad. Pero desafortunadamente se enamora de una joven, que representa todo aquello que niega. Otra obra muy conocida es 'El enfermo imaginario', de hecho fue su última obra. En ella nos cuenta cómo un hipocondríaco pretende casar a su hija con un médico, para estar siempre atendido. Lo curioso de esta obra, es que Moliere interpretó al protagonista estando realmente enfermo, dando al personaje un gran dramatismo real. Tal es así, que le dió un ataque al corazón sobre el escenario, por lo que mientras el público reía Moliére se moría. Murió pocas horas después de la representación. Actualmente en el teatro, se dice que el color amarillo da mala suerte por ser el color que llevaba Moliére cuando sufrió el ataque al corazón.

Como podemos apreciar, los personajes principales que crea Moliére son seres que han perdido el equilibrio o se han consolidado en una situación atípica y no muy adecuada.

Pero vayamos a 'El Tartufo o el impostor', otra de las obras más conocidas. Tartufo es un hipócrita religioso que se gana la confianza y favores de Orgon el señor de la casa. De esta manera, consigue meterse en la casa, y separar gradualmente al señor del resto de su familia, hasta conseguir quedarse con sus posesiones. Esta obra fue bastante polémica ya que el rey prohibió su representación pública durante cinco años, aunque él personalmente la consideraba divertida tenía buenas razones para creer que la comedia, ofendería al poderoso alto clero francés, como así fue en realidad. El clero y el poder civil consideraban a Moliére como un libertino, y temían a su vez, la influencia que él y sus obras pudieran ejercer sobre el rey. Se intentó incluso, su representación llamándola Panulfo en vez de Tratufo.

Es una obra muy divertida que se lee en seguida, ya que no es muy extensa.

Hay una página muy completa sobre Moliére, pero eso sí, tiene el pequeño inconveniente que está en francés. En el 2007 se hizo una película sobre los inicios de Moliére cuando éste contaba con 22 años (Las aventuras amorosas del joven Moliére), un periódo de tiempo que poco se sabe sobre aquel que años después se convertiría en uno de los grandes comediantes.
'Orgón. Buenos días, hermano
Cleanto. Ya me iba, y me alegra veros de regreso: poco florido está el campo en este tiempo.
Orgón (a Cleanto). Dorina... Aguardad, cuñado, os lo ruego. Para quedar tranquilo, dejadme que me informe de las nuevas de aquí (A Dorina). ¿Han ido bien las cosas estos días? ¿Qué hay por aquí? ¿Qué tal la gente?
Dorina. Anteayer estuvo la señora con fiebre hasta la noche. Y tuvo una jaqueca que no podéis figurar.
Orgón. ¿Y Tartufo?
Dorina. ¿Tartufo? Como una rosa; grueso y gordo, la tez fresca y la boca roja.
Orgón. ¡Pobrecillo!
Dorina. Cenó solo delante de ella, y con la mayor devoción se comió un par de perdices y media pierna de cordero picada.
Orgón. ¡Pobrecillo!
Dorina. En toda la noche no pudo cerrar los ojos. No la dejaban dormir unos calores que le dieron y tuvimos que estar a su lado velándola hasta el amanecer.
Orgón. ¿Y Tartufo?
Dorina. Incitado por un dulce sueño, entróse en su aposento saliendo de la mesa y al punto se metió en la cama calientita; y, sin que le molestara nada, durmió hasta la mañana.
Orgón. ¡Pobrecillo!
Dorina. A la postre, vencida por nuestras razones, decidióse a sufrir la sangría, con lo que se sintió aliviada en el acto.
Orgón. ¿Y Tartufo?
Dorina. Despertó animoso, como es natural; y, después de fortalecer el alma contra todos los males, se tomó cuatro larguísimos tragos de vino en el desayuno, para compensar la sangre que había perdido la señora.
Orgón. ¡Pobrecillo!
Dorina. En fin, los dos están ya bien. Y, antes que subáis, voy a a anunciar a mi señora vuestro vivo interés por su convalecencia.'


'Cubríos ese seno que debiera ver.'
- '¡Dios mío! No tienes compasión de las desdichas ajenas.
- No tengo compasión de quien dice bobadas y cuando llega el momento se ablanda, como hacéis vos.
- ¿Qué quieres, si soy tímida?
- Pues el amor exige firmeza en un corazón.'