La policía de la ciudad estadounidense de Pico Rivera, en California, detuvo a Anthony García en 2008 en un control de tráfico ante la sospecha de que conducía sin permiso.
Los agentes le pidieron que se descamisara para tomarle unas fotos de manera rutinaria y en su pecho vieron un gran tatuaje que describía en imágenes el asesinato del joven John Juárez, cometido en 2004 también en Pico Rivera.