Un buen puñado de años después (mejor no contar), un artículo de Juan Carlos Galindo en El País me devuelve a Carvalho. "Tatuaje" es para muchos la primera novela negra en castellano (aunque el mismo Vázquez Montalbán renegaba ), así que como para no volver a ella...
Me había olvidado del nombre de la Charo, su novia puta, pero no de Bromuro, de su casa en Vallvidrera, de su pasión por la buena comida ni de esa afición tan dolorosa de encender, incluso en verano, la chimenea con un libro de la extensa biblioteca de su casa alquilada. En este caso caen Laín Entralgo y una edición del Quijote...
Había olvidado también que era catalán-gallego, nacido en Lugo, lo cual no me extraña ante esa lusofilia de Vázquez Montalbán de utilizar la versión portuguesa de nuestro "Carballo". Y me había olvidado un poco de que es un tratado de la sociedad de la época travestido de novela.
Ha aguantado sorprendentemente bien el paso del tiempo. No parece viejuna aunque no haya teléfonos móviles ni tenga Carvalho que buscar a alguien en internet. Ni Bromuro es una Lisbeth Salander ni puñetera falta que le hace.
No creo que el argumento importe, sirve para recorrer la Barcelona más bonita (qué alegría volver a verla de esa manera, lejos de los turistas, el prusés y el supositorio de Norman Foster) con el accésit de recorrer en buena parte Ámsterdam y Rotterdam de la mano de las investigaciones de Carvalho, ex agente de la CIA con una pasión superlativa y entendible por el impagable (no sé ahora) Mércat de la Boqueria.