El miércoles vuelve a prometer lío. Empezaremos por Inglaterra, que juega a la hora del té, aunque no se lo ha ganado. El liderato de su grupo es para la sorprendente Eslovenia, pero un triunfo inglés ante los balcánicos metería a los Capello’s boys en octavos. El sargento italiano también ha tenido jaleo con los muchachos, liderados por un John Terry que de un tiempo a esta parte da más juego fuera del campo que dentro. Lo diremos una vez más, a riesgo de que Aramís nos supere en el ranking adivinatorio: Inglaterra debe ganar. Y punto. Estados Unidos y Argelia se miden en el otro partido del grupo, ambas con opciones de pescar en río revuelto y clasificarse.
A partir de las 20.30 se decide también el futuro del grupo D, inesperadamente abierto gracias al undianazo a Alemania. Los germanos se la juegan con Ghana, pero en este grupo el “dependemos de nosotros mismos” no tiene valor, o tiene el máximo valor posible, porque todos dependen de sí mismos. Hasta Australia, que, si supera a Serbia, logrará una clasificación histórica.
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