Me gustan aquellos momentos de las series de ficción que son como la vida misma. Estuve viendo hace unos días por televisión uno de los capítulos de la serie The Big Bang Theory, el titulado “The Psychic Vortex“, que es el décimosegundo de la tercera temporada.
Varias situaciones de este capítulo son totalmente auténticas (más abajo incluyo las transcripciones, basadas en los subtítulos). Muchos hemos tenido conversaciones exactamente iguales que las que tienen los personajes de la serie.
Por ejemplo, aparece el habitual trance en la que una persona partidaria de alguna pseudociencia (Penny confiesa haber acudido a un vidente) teme hacer pública su creencia mientras alguno de sus contertulios estalla en carcajadas al enterarse. Por supuesto, una falta de respeto, porque el supuesto vidente no es un charlatán cualquiera por diversas razones.
La actitud de Leonard, sarcasmo, ironía y condescendencia, es también muy típica, pero también es cierto que el hecho de escribir un libro y tener una sitio web (supuesto curriculum del vidente) no hace que tus discursos sean más ciertos. De hecho, y esto nos lleva al segundo diálogo, Leonard resalta lo que muchas veces se olvida: no es que se trate de demostrar si un hecho que una pseudociencia proclame sea o no cierto, el asunto importante es si realmente existe tal hecho, por más que sus partidarios argumenten que los demás no están capacitados para entenderlo.
El último diálogo deja de manifiesto uno de los trucos con que juegan los partidarios de las pseudociencias. Uno de sus principales argumentos es que los escépticos “no tienen una mente abierta“, cuando lo que los escépticos realmente hacen es pasar por un filtro de preguntas aquello que se les presenta como cierto y verdadero, sin necesidad de aceptarlo al instante. El partidario de la pseudociencia, no suele plantearse este tipo de preguntas y, las más de las veces, se deja llevar por argumentos de empatía o conspiraciones o desconfianza en general hacia lo establecido, casi nunca argumentos sólidos o medianamente serios. ¿Tiene el escéptico su mente cerrada? Mente abierta, al parecer, es poder aceptar prácticamente cualquier cosa como válida sin necesidad de pruebas coherentes. Curiosamente, como aparece en uno de los momentos (Penny afirma que los cristales curativos no funcionan), los partidarios de las pseudociencias también muestran cierta predilección por unas y no por otras creencias, que consideran falsas: ponen, a su modo, un cierto escepticismo en práctica, pero muy basado en preferencias subjetivas y no en pruebas objetivas).
Big Bang Theory
En el fondo no estamos hablando de nada complicado ni imposible. Se trata de “adoptar una actitud escéptica (…) tipo «me gustaría que me diera más información y pruebas de lo que me está diciendo»“, como dice Stephen Greenspan. Aunque no tan sencillo, porque existe un grave problema con esto, y es que el término “prueba” lleva diferentes significados según nos situemos a un lado u otro.
Para unos, una prueba es algo más bien subjetivo, del tipo “lo vi en la televisión” o “un familiar me dijo que …”, y en el mejor de los casos, se trata de desacreditar de alguna manera al portavoz de la postura contraria, o bien contraatacar con la consabida conspiración de la ciencia o las grandes empresas, del tipo que sean. A veces, se llega a mencionar tal o cual artículo de algún periódico que, penosamente, también incurre en superficialidades, tergiversaciones o malas interpretaciones de algún trabajo científico serio (cuando no incurren, directamente, en la publicidad de las pseudociencias, como hacen flagrantemente algunos medios). En otras ocasiones, acceden a alguna confirmación científica del supuesto fenómeno, pero casi siempre con la idea preconcebida de que el fenómeno es cierto y, por tanto, sólo valdrán las pruebas supuestamente científicas que lo ratifiquen (revistas de poca calidad o sitios en internet de dudosa fiabilidad o implicadas en el asunto). Adherirse a posturas pseudocientíficas también implica un cierto escepticismo, pero de una naturaleza bien diferente. Sus argumentaciones pueden ser de algún tipo como:
- Si hay tanta gente que lo hace, por algo será.
- Pues hay médicos que la practican.
- Pues han dicho que los científicos cometen muchos fraudes, lo que significa que no son de fiar.
- Pues hace miles de años que la humanidad la está practicando.
- En las librerías hay un montón de libros sobre ello, y todos dicen que funciona.
- Tú dirás lo que quieras, pero yo lo he probado, y a mi me funciona muy bien.
… y algunas otras variantes más sobre las mismas ideas.
Por otra parte, están otro grupo de personas para los que una prueba es otra cosa bien diferente. Ante alguna afirmación extraordinaria, no se conforman con la confirmación subjetiva de su entorno más próximo, ni la que le den en una conversación que se esté teniendo sobre el tema, sino que dejan la aceptación de ese hecho excepcional en suspenso. Se podría decir que no admiten el hecho como cierto hasta que, al menos, consigan alguna prueba que ellos consideren más objetiva. Muestran, efectivamente, una actitud más escéptica ante afirmaciones asombrosas, y piden una confirmación a través de otros medios diferentes a los del anterior grupo.
La chispa salta cuando lo que se está contando tiene algo que no , algo que «chirría». En un libro leí, hace no mucho, una anécdota que viene muy bien al caso. La cuento de memoria:
- La semana pasada conseguí mi primer trabajo, al fin.
- ¡Qué bien! ¿Y de qué se trata?
- No es gran cosa, es un trabajo de cajero en un supermercado, pero ¿sabes qué?
- No, ¿qué es?
- Pues que al día siguiente fui a un banco y me concedieron un préstamo para comprarme una casa.
El contertulio, automáticamente, ve disparadas sus alarmas:
- ¿De cajero, y desde el primer día, un banco le da un préstamo hipotecario? Demuéstralo“.
Cualquier persona tendría exactamente la misma actitud ante una situación como esta. Es un tipo de escepticismo que todos son capaces de desarrollar, pero ¿por qué no ocurre así en todas las situaciones? Quizás se trate del nivel de implicación emocional o grupal de la afirmación que se está haciendo.
Es cierto que no siempre es fácil acudir a estudios originales, pero existen medios hoy día muy poderosos para buscar varias opiniones o fuentes de información. El escéptico no debería quedarse con la primera información que encuentra, digamos en lavidenciafunciona.com, sino que intenta buscar más datos, por ejemplo, en otras webs o libros, o hablando con otras personas que parezcan mejor informadas, incluso con el riesgo de no llegar, al final, a una conclusión clara de aceptación o rechazo de ese hecho extraordinario. Y esto lleva tiempo y esfuerzo. Y además va contra un cierto estilo de relaciones sociales establecidas, y es que es preceptivo dar siempre una opinión: mostrar algún tipo de duda no suele ser considerado como cortés.
Imaginemos un círculo de tres personas. Una de ellas afirma que ha ido a ver a un vidente y que le dijo, por ejemplo, lo que a Penny: si se cortaba el pelo, tendría trabajo. Otra de las personas del círculo, contesta que le parece una excelente idea. La tercera persona duda entre callar o mostrarse disconforme … ¿Qué debe hacer? ¿Asentir y mostrar conformidad? ¿Reírse y burlarse como hace Leonard? O hacer preguntas como:
- ¿Cómo sabe tu vidente que cortándose el pelo conseguirá trabajo?
- ¿Es la relación entre ambos sucesos es tan extraordinaria?
- ¿Cómo sabe tu vidente lo que dice saber?
- ¿Cómo comprobamos que lo que dice tu vidente se cumple?
- ¿Hay alguna estadística o estudio que revise, por ejemplo, unos cuantos cientos de personas que han acudido al mismo vidente que tu y corrobore que tu vidente acierta en un porcentaje muy alto de casos, tan alto como para poder decir que lo suyo no se debe a la suerte?
- Dicho de otra manera ¿sabemos en cuántas ocasiones tu vidente a acertado y en cuántas ha fallado? ¿O solamente tienes en cuenta los aciertos?
- ¿ Tengo que darte una respuesta inmediata, de aceptación o asentimiento, ante la afirmación que haces?
- O, le podríamos decir a Penny:
- ¿Entonces me pides que asienta a ciegas lo que tú nos cuentas sobre tu vidente?
- Entonces, si hay videntes que no sean charlatanes, ¿cómo les podemos distinguir? ¿cuál es el criterio que sigues para distinguir un vidente auténtico de otro que no? ¿su simpatía?
- ¿No puede ser que haya personas que quieran engañarnos y se muestren extraordinariamente simpáticas precisamente para que no se las rechace?
Y, por último:
¿No te has parado e pensar que tu vidente está aprovechándose de que tú no te haces ninguna de esas preguntas y así sacarte todo el dinero que pueda?
Y simplificando mucho. Porque es bien sabido que esto sería así si tratáramos el asunto entre individuos aislados, pero las personas siempre prefieren asignarse a grupos, y algunos grupos se distinguen por señas de identidad muy fuertes, y esas señas de identidad suelen ser creencias de todo tipo, así que, cuando se intenta establecer un nuevo punto de vista en la otra persona, no nos damos cuenta de que estamos “atacando” directamente las señas de identidad de todo un grupo, y no todas las personas están dispuestas a aceptar la responsabilidad de ponerlas en cuestión.
Esto último es algo que se explica muy bien en este artículo de @aberron titulado “Por qué no podemos dejar de estar equivocados“. Allí, el psicólogo Miguel Ángel Vadillo nos dice que: “no solo estás cuestionando una creencia sino una forma de vida”. Y en cierto sentido es lógico que una persona sea muy reticente a producir cambios tan grandes. Por ejemplo, para alguien que piensa que los transgénicos son malos, lo que piensa es mucho más que eso, ha ido construyendo mil ideas alrededor y enfrentarse a su creencia es, en el fondo, combatir toda una forma de vida“. Y esto, sencillamente, complica mucho la cuestión. Al pertencer a determinado grupo social, no se puede concebir la idea de renunciar a alguno de sus principios básicos. Siguiendo con los transgénicos, imagino que un buen ejemplo sea pertenecer a algún grupo ecologista, como Greenpeace. Es probable que no todos piensen monolíticamente igual (aunque no he encontrado a ninguno que esté a favor de ellos), pero nos podemos interrogar por qué las fuentes científicas, todas las cuales muestran que son seguros para el medio ambiente y saludables para el ser humano, no les valen en esto (y sí en el caso del cambio climático), .
¿Han intentado alguna vez razonar con el evangélico dominical con niño? A veces el niño, su hijo, de no más de ocho años presenta un rostro de desconcierto que genera pena, mucha pena. A los niños les encantan los dinosaurios, pero ¿cómo se le cuenta que existieron hace decenas de millones de años cuando sus creencias les obligan a creer que coexistieron con nosotros hasta ayer mismo? Si se renuncia a este principio, se deja de ser evangélico, y lo que se quiere es seguir siéndolo, porque … bueno, hay todo un entramado social y cultural que no se quiere romper. Así que prácticamente imposible. Y esto es lo que muchos olvidamos cuando perpetramos algún intento de hacer cambiar el punto de vista sobre algo en alguna otra persona: el fracaso está decidido de antemano.
Y, como no, existen muchos grados intermedios entre ambos extremos. Algunas personas son fuertemente creyentes en determinadas pseudociencias y muestran un claro escepticismo con otras; o, también, algunos son claramente escépticos para prácticamente todo, pero muestran una gran permeabilidad para ciertas creencias.
¿Algo que añadir o corregir? Seguro que sí. Aquí me tienen, en los comentarios, y en Twitter.
A continuación, las transcripciones:
BERNADETTE: ¿Que tal el trabajo, Penny? ¿Algún trabajo de actuación?
PENNY: Bueno, la última gran cosa que hice fue esta producción del Diario de Ana Frank en una bolera. Pero creo que las cosas pueden cambiar muy pronto.
LEONARD: Genial. ¿Cómo?
PENNY: Bueno, promete que no te reirás de mi.
LEONARD: Por supuesto, yo nunca me reiría de ti.
PENNY: Esta bien. Fui a un vidente que me dijo que si me corto el pelo me darán un anuncio a nivel nacional.
LEONARD: (Carcajadas) ¿En serio? ¿Te da consejos profesionales un vidente?
HOWARD: Buen trabajo no riéndote de ella.
PENNY: Ella no es de esos charlatanes. Escribió un libro y tiene su propia Website.
LEONARD: ¿Por qué no lo dijiste antes? No dejan tener Websites a cualquiera.
PENNY: ¿Por qué eres tan capullo?
LEONARD: ¿Te sorprende? ¿Te dijo tu vidente que me iba a portar como un capullo?
PENNY: ¡Que te den!
LEONARD: Vamos Penny …
BERNADETTE: Entonces, ¿de que deberíamos hablar?
HOWARD: Bueno, siempre podríamos aprender mas sobre por qué la gente cree que los videntes son idiotas. ¿Leonard?
PENNY: Oh, no necesitamos hablar sobre eso más. Leonard lo dejó muy claro en el coche.
LEONARD: Perdona, pero los hechos son los hechos.
PENNY: Cierto, y si no puedes entenderlo, no es un hecho.
LEONARD: No, si no es un hecho, no es un hecho.
PENNY: Oh, lo entiendo. Gracias por enseñarme.
LEONARD: De nada.
LEONARD: ¿Cómo puedo salir con una mujer que cree en los videntes?
HOWARD: ¡Hey!, una vez salí con una chica que creía que había sido abducida por extraterrestres.
LEONARD: ¿Y eso no te molestaba?
HOWARD: [En Frances] Au contraire. Esto significaba que era ingenua y abierta a una pequeña prueba.
LEONARD: ¿Qué se supone que tengo que hacer, fingir que creo en algo en lo que no creo aunque esté con Penny?
HOWARD: Hey, estoy seguro de que Penny finge todo tipo de cosas cuando ella está contigo.
LEONARD: [Señalando su "arma láser"] Hazme un favor… Agáchate. Pon tu cabeza aquí.
HOWARD: Déjame mostrarte otra forma de mirar este asunto. [En un diagrama de Venn] Aquí tenemos el universo de todas las mujeres. Estas son las mujeres con las que quieres acostarte. Estas son las mujeres que creen lo mismo que tu. Estas son las mujeres que sería posible que se acostaran contigo. Y justo ahi en la triple intersección … está tu compañera ideal. Las probabilidades son que es una física bajita, con baja autoestima
que vive en una instalación de investigación del gobierno en China.
LEONARD: ¿Qué quieres decir? ¿Para seguir manteniendo una relación sexual con Penny tengo que abandonar todo en lo que creo, mi integridad intelectual, mi naturaleza, ¿de quien soy? No puedo hacer eso Howard.
HOWARD: Lo respeto. [Le pinta a Leonard un punto azul en la mano derecha]
LEONARD: ¿Qué es eso?
HOWARD: Tu nueva novia. Diviértete esta noche.
LEONARD: Hola. Limpiando de pelusa el secador, ¿eh? No sólo es cortés, es prudencialmente inteligente. Cada año, se causan 15.000 incendios por la ignición accidental de la pelusa del secador … Ahora se supone que dirías, “Guau, qué hecho tan interesante” … “Ven aqui, loco, tipo nunca podría enfadarme contigo.”
PENNY: Wow, eso es todo lo que tienes después de ser la persona más desagradable en una cita doble que incluye
a Howard Wolowitz?
LEONARD: No, lo siento. Realmente lo estoy. No es correcto reirse de las creencias de una persona.
PENNY: Gracias. ¿Estarías dispuesto a ir a mi vidente y ver de qué se trata?
LEONARD: ¿Serías capaz de leer un libro que explicara con sentido que todas los videntes son un fraude?
PENNY: No.
LEONARD: Ok, vamos a ver a tu vidente.
PENNY: ¿De verdad?
LEONARD: Bueno, si, uno de nosotros tiene que tener una mente abierta.
PENNY: ¿Dices que no tengo una mente abierta?
LEONARD: No, no para nada. Déjame ayudarte
con estas cosas.
PENNY: Ya sabes, creo en los fantasmas también.
LEONARD: Genial.
PENNY: Y en la astrología.
LEONARD: Lo sé, y el poder de la pirámide y de los cristales curativos.
PENNY: Oh, no, no, no, los cristales no funcionan.
LEONARD: En serio, ¿así es? Los videntes son reales, pero ¿los cristales son Vudú?
PENNY: Oh, el Vudú es real. No querrás meterte en líos con el Vudú.
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