Té de Kombucha, beneficios y recetas

Por Sun531 @trucosnaturales

Cada día vamos descubriendo más alimentos y complementos de alimentación con grandes beneficios para la salud y mi nuevo descubrimiento, aunque sea en teoría de momento, es el té de kombucha.

Es una bebida que se obtiene de la fermentación del té, generalmente verde pero se puede utilizar también el rojo o el negro, con azúcar integral y el hongo kombucha. El proceso va a ser similar al de la obtención del kéfir, por eso a veces se le llama kéfir de té.

El hongo kombucha va a aportar nutrientes como ácidos beneficiosos para el organismo, vitamina C y vitaminas del grupo B, sustancias antibióticas naturales y aminoácidos.

Es un hongo milenario procedente de China pero que ya se ha extendido por Occidente.

Beneficios e indicaciones del té de kombucha

Contando con que cualquier alimento fermentado contiene sustancias antibacterianas, se añade el poder de equilibrar la acción celular para combatir la mutación que supone cualquier tipo de tumor.

Va a mejorar la flora intestinal, la inhibición de agentes patógenos y va a suponer una subida general de nuestras defensas, mejorando nuestro nivel de energía y haciendo que nos sintamos mejor.

Cualquier problema relacionado con una bajada de defensas, tipo gripe, resfriado, bronquitis, candidiasis, etc, se puede amortiguar.

También se utiliza el té de kombucha para úlceras y problemas estomacales, acné y obesidad, por su poder depurativo y regenerador; así como en agotamiento físico y mental, estrés, alergias, pérdida de memoria, etc.

De forma tópica mejora los problemas de piel.

Preparación del té de kombucha

  1. Se pone a hervir 1 litro de agua, mejor si es mineral.
  2. Cuando hierva, se apaga el fuego, se pone 1 bolsita de té verde, rojo o negro y se deja reposar entre 10 y 20 minutos.
  3. Se añaden 60 g de azúcar integral de caña y se disuelve.
  4. Se deja enfriar, cubriéndolo con un paño limpio.
  5. Una vez a temperatura ambiente, se echa el té en un bote de cristal, junto con el hongo y el líquido en el que se encuentra.
  6. Se tapa el bote con una servilleta o un paño, asegurándolo con una goma elástica, no con su tapa hermética. Así puede entrar el aire necesario para la fermentación.
  7. Se debe guardar el bote en un lugar tranquilo, cálido alrededor de 21 º, fuera de la luz solar y con ventilación.
  8. Se deja fermentando entre 12 y 15 días. Cuanto más tiempo transcurra, más azúcar consumirá el hongo y menos azucarada resultará la bebida final y también aumentará la concentración alcohólica, aunque nunca llegará a ser una bebida que nos perjudique por su contenido en alcohol.
  9. Pasados esos días se retira el hongo. Cada hongo dará un hijo y se colocará cada parte en un bote diferente, se cubrirá con la bebida ya preparada para que se forme la nueva tanga de hongo y té.
  10. Se deja reposar la bebida, ya sin el hongo, otros 5 días a temperatura ambiente, para después refrigerar la bebida colada en diferentes botellas.

¿Cómo tomar el té?

Lo ideal es beber un vaso en ayunas cada día. Se puede empezar por medio vasito para ir aumentando según nos vayamos acostumbrando al sabor.

Los diabéticos o personas que deseen tomar poco azúcar tienen que tomar la bebida resultante de la fermentación de los 15 días.

Los niños mejor la fermentación de los 12 días porque tendrá menos contenido alcohólico.

Como lo tendremos refrigerado en la nevera, estará frío y en ocasiones nos apetecerá tomar algo caliente, sobre todo si lo usamos durante una enfermedad. Mi recomendación es no calentar directamente el té, si no mezclarlo con agua caliente, así también el sabor se suavizará un poco.

Se puede mezclar con zumos o macerar con frutas para cambiar el sabor y añadir propiedades. A continuación os voy a dar algunas sugerencias.

Combinaciones y recetas para el té kombucha

Se pueden hacer básicamente de 3 maneras, mezclando el té con zumo o papilla de la fruta que queramos añadir, añadiendo los ingredientes en el momento de tomar o dejando macerar con las mismas. Son muy utilizados los frutos rojos para potenciar el efecto antioxidante.

  • Cereza y jengibre, le da color y un toque especiado. Se añaden al té frío o caliente unas cerezas troceadas y un trocito pequeño de jengibre rallado.
  • Melocotón y hojas de menta. Se trocea en el té un trozo de melocotón y unas hojas de menta algo machacadas. También se podría triturar todo junto.
  • Fresas. Se hace una papilla con unas 4 fresas, se añade al té y se deja fermentar 1 noche a temperatura ambiente. Después se puede tomar templado o frío.
  • Canela. Se puede macerar una ramita de canela en el bote o la jarra de té durante una noche, por la mañana se saca la canela y se refrigera normalmente.
  • Pera y romero. Se hace una infusión concentrada de romero, se deja enfriar y se junta con el vaso de kombucha que nos vayamos a tomar, junto con el zumo de 1 pera.
  • Piña y anís. Para aumentar las propiedades depurativas y protectoras del estómago. Se hace zumo natural de piña y se mezcla con el kombucha y una infusión de anís, o se trituran la semillas de anís a la vez que se hace el zumo de piña.

Estas son algunas ideas, pero recordad que siempre podéis crear combinados nuevos utilizando esos métodos, el zumo, la fruta entera o la maceración.

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