Echo de menos tus duchas largas, mientras los demás esperamos ansiosos por poder entrar en el baño.
Echo de menos nuestros domingos viendo alguna película y comiendo guarrerias (como dice la abuela).
Echo de menos cuando te dan locuras y comienzas a hacer el ganso, mientras yo te sigo haciendo el gorila y tus hermanos se parten de risa.
Echo de menos tu habitación llena de ropa descolocada, tanto por la cama, como por la mesa y la silla, echo de menos tu edredón mal colocado, tu cama medio revuelta porque no te dio tiempo de hacerla mejor, antes de irte al instituto.
Echo de menos verte probarte ropa antes de salir, revolver el armario para, finalmente, ponerte tu camiseta y pantalón favorito para salir con tus amigas, sin remordimientos de haberte mirado al espejo.
Echo de menos verte comer disfrutando de lo que comes, sin preocuparte por las calorías que ingieres, queriéndote, mimando tu cuerpo...
Echo de menos verte en el sofá cambiando de canal, porque no hay nada que te guste, con 17 años...
En una semana cumples tus 17 años y, probablemente, tengamos que "celebrarlo" en esa horrible habitación de hospital, sin tarta, sin velas...sin poder estar todos juntos.
Te echo de menos hija, y desearía que esta enfermedad JAMAS hubiese llegado a tu vida, a nuestras vidas.
Lo lograremos, lo conseguiremos, como bien me decías en tu carta, " si no es la primera, sera a la segunda, o la cuarta...", pero LO CONSEGUIREMOS.
Mientras tanto, te echo tanto de menos...