Argumento
Ya que la felicidad plena parece que se le escapa, procura que otras personas la encuentren. Su siguiente alma necesitada de ayuda es Paulie Petrosinsky, que tiene tanta fuerza física como timidez para acercarse al chico por el que lleva tiempo suspirando: Bryce Campbell, primo de Lucas y donjuán local.
Diez años han pasado desde la separación de Colleen y Lucas debe regresar al pequeño pueblo desde Chicago, su ciudad natal. Allí deja a su exesposa, Ellen Forbes (sí, emparentada con esos Forbes), su hermana Steph y sus cuatro sobrinas. Su tío, Joe, se está muriendo y necesita su ayuda para poder cumplir sus últimas voluntades: divorciarse de su horrible esposa, Didi, y conseguir que su único hijo, Bryce, asiente un poco la cabeza. No se sabe cuál de las dos tareas le resultará más difícil de cumplir. Dado que va a necesitar tiempo para ello, no le queda más opción que alquilar un apartamento. En una localidad de menos de mil habitantes, cruzarse con su antigua novia será inevitable.
Reseña
Si habéis leído las reseñas anteriores os habréis fijado que hemos dejado de seguir a la familia Holland, lo que es un primer punto que quizás no es tanto negativo como incoherente. La serie se llama Blue Heron por el viñedo que éstos poseen y los libros anteriores estaban protagonizados por dos de las hermanas: Faith y Honor. Teniendo en cuenta que queda soltero (bueno, divorciado) el hermano de ambas, Jack, lo lógico era que el tercer libro fuese para él y cerrar la serie como trilogía o, de querer prolongarla, hacer libros situados en un futuro con Abby y Ned, hijos adultos o casi de la cuarta hermana, Pru. En cambio, la protagonista es Colleen, un personaje secundario, poco más que de apoyo, en los otros libros. Ni siquiera llegué a mencionarla a ella o su hermano Connor en las otras reseñas porque no tenían grandes aportes.Por separado, Colleen y Lucas son buenos personajes. Ella tiene muchas virtudes como su sentido del humor, su deseo de ayudar a los demás a buscar la felicidad, su adoración por su hermanastra o su preocupación por ancianos como Joe o su propio abuelo. El pasado de él es demoledor. Tiene una historia familiar dura que explica cómo llegó de Chicago a ese pequeño pueblo donde conoció a Colleen y vivió con Joe, Didi y Bryce. Leyendo su historia, siempre me sorprende la trituradora humana que llega a ser EE.UU. con el tema de las facturas médicas y la justicia de puño de hierro con el débil. A su favor también puedo decir que hay un par de secundarios que tienen muy buena evolución o que me parece muy bonita la parte del noviazgo inicial de los dos protagonistas. Por último, todo lo que tiene que ver con Joe y su lento final es muy triste, pero está muy bien tratado y con mucho realismo, así que si tenéis familiares cercanos en esta situación, puede ser una lectura dura en este sentido. Pero hasta ahí. Este libro tenía un potencial que ha desaprovechado.