Revista Economía

¿Te falta disciplina para ahorrar? Hazlo nada más cobrar y luego gástate el resto

Publicado el 20 abril 2012 por Clavijero
Uno de los consejos de Robert Kiyosaki es:“págate a ti primero”. Aunque no estoy de acuerdo con muchas de las ideas de este autor, ésta en concreto me parece bastante útil. Cuando hemos tomado la determinación de ahorrar, lo más complicado es tener la disciplina suficiente para poder conseguirlo. Vivimos en una sociedad de consumo y a veces resulta difícil escapar de ella. Sabemos lo que tenemos que hacer para mejorar nuestra situación económica pero cuando llegamos a fin de mes nos damos cuenta de que nos hemos permitido algún capricho más del que deberíamos.

¿Te falta disciplina para ahorrar? Hazlo nada más cobrar y luego gástate el resto

Imagen: graur razvan ionut

Si este es tu caso, no te desesperes. De momento eres consciente de ello, que no es poco. Además, como vamos a ver a continuación, es posible ahorrar de forma automática evitándonos remordimientos y fustigamientos que no nos llevan a ninguna parte. En primer lugar, vamos a repasar de forma resumida los pasos a seguir para conseguir ahorrar de la forma más eficiente: 
1.Llevar un control de gastos. Esto nos permite comprobar cada mes en qué se nos va el dinero y cuánto nos gastamos en cada cosa.
2.Realizar un presupuesto doméstico. Una vez que conocemos nuestros gastos cotidianos, podemos hacer un presupuesto para planificar cuánto dinero vamos a destinar a cada cosa teniendo en cuenta nuestros ingresos.  3.Planificar el ahorro. Esto lo hacemos mientras realizamos el presupuesto doméstico. Igual que prevemos unas cantidades para cada uno de los gastos (vivienda, comida, ropa, etc.), planificamos también en este momento las cantidades que queremos destinar al ahorro. Estas pueden ser para varios motivos:
·   Para realizar una compra o un gasto en un futuro próximo (una reforma en casa, un coche, un sofá, un viaje,…)
·   Para invertirlo, aumentando así nuestro patrimonio y nuestros ingresos, de forma que cada vez tengamos que depender menos de nuestro trabajo, podamos planificar nuestra jubilación, etc.
4.Cumplir el presupuesto. Mediante el control de gastos debemos comprobar que vamos cumpliendo con lo previsto. 
El punto más difícil de todo este proceso es el último: cumplir el presupuesto. A veces nos damos cuenta de que nos gastamos más de lo que deberíamos en salidas, cenas, gastos que no habíamos previsto… Al final todo esto se traduce en que no ahorramos lo que teníamos pensado.
¿Cómo podemos remediarlo? Simplemente reservando a principio de mes (o cuando recibamos nuestro salario o nuestros ingresos) la cantidad que habíamos previsto destinar al ahorro. Podemos incluso realizar transferencias a una o varias cuentas que tengamos abiertas para estos fines y, si queremos evitar tentaciones, lo mejor es no tener ninguna tarjeta de crédito o de débito asociada a estas cuentas.
Haciéndolo de esta forma, no hace falta que nos preocupemos por si vamos a ahorrar o no. Sencillamente no nos queda otro remedio. Nos lo podemos plantear como si fuera una cuota mensual de un préstamo, o una compra a plazos, con la gran diferencia de que económicamente es mucho más rentable para nosotros.
¿Y si nos surge un imprevisto de primera necesidad que debemos atender? Pues para eso es conveniente contar con un fondo de reserva para estos casos, que nos habremos preocupado de ahorrar previamente y que tendremos que reponer lo antes posible en caso de ser utilizado. Por supuesto, siempre podemos modificar nuestro presupuesto doméstico si vemos que tenemos que incluir algún gasto importante que no habíamos previsto.
Si actuamos de esta forma, es decir, si consideramos el ahorro como un pago más que debemos hacer cada mes, el proceso se hace mucho más sencillo, con la ventaja de que esta cantidad va destinada directamente a nuestro beneficio.

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